Capítulo 5. -El pasado siempre vuelve.

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Capítulo 5. -El pasado siempre vuelve.

TaylorPOV

- ¿Taylor?- me preguntó Summer susurrando- Rubén se a dormido.

-  Parece que si tenía sueño.

- ¿Puedo pedirte una cosa?- me preguntó, aunque estaba oscuro podía ver como sus mejillas estaban totalmente rosadas, casi rojas.

- ¿Me acompañas al baño?- oh. Era preciosa. Eso aumentaba mi visión de ella como alguien tierno, dulce, inocente… no le contesté pero puse la película en pausa y la cogí de la mano fuertemente, nos dirigimos al pasillo, encendiendo todas las luces a nuestro paso, hasta llegar al final dónde se encontraba el lavabo.

- Estaré justo aquí- le dije mientras se metía dentro y cerraba la puerta. No tardó demasiado, se había dado mucha prisa.

- Si tanto miedo te daba haberlo dicho y habríamos visto otra cosa. 

- Me da miedo, pero me gusta, es mas, ahora mismo la acabaremos de ver.- dijo decidida. Y así hicimos, volvimos al comedor a la misma posición de antes y reanudamos la película.

Cuando me di cuenta, había pasado su brazo por encima de ella y esta se había apoyado en mi costado. Ojalá la película no hubiera acabado nunca, porque era la posición mas cómoda del mundo. Ella estaba cálida y olía entre una mezcla de melocotón, frambuesa, madreselva y jazmín, si si, todo junto. Pero la película terminó, y con la música de los créditos Rubén se despertó. Summer se retiró enseguida de mi lado, fingiendo delante de su amigo que no habíamos estado abrazados.

- A estado bien- comento el recién despierto.

- Anda calla, si te has dormido.- le espetó ella.

- Bueno, y vosotros habéis hecho manitas- vi como las mejillas de Summer ardían.

- Vamos, vamos, que es muy tarde ya- dije para cortar el momento incomodo que se había creado. Los dos me acompañaron a la puerta, yo miré un instante mi coche, que estaba en la puerta, estaba como lo había dejado, al menos a primera vista, después volví dónde ellos y les dije buenas noches. 

Conduje por la ciudad vacía hasta llegar a mi residencial barrio.

Cuando llegué mi madre me esperaba en el comedor. Sí, todavía vivía con mis padres, no me desagradaba, cuando trabajaba en una película apenas podía verlos, así que cuando estaba en casa me gustaba tenerlos conmigo.

- Mama, ya te dije que no hacía falta que me esperaras despierta…- susurré para no despertar a todos.

- Ya lo sé. Me quedé dormida en el sofá- y me dio un beso en la mejilla. Después los dos subimos las escaleras y cada uno se metió en su habitación. 

Yo seguía teniendo la misma habitación que cuando nos habíamos mudado allí desde Michigan, unos cuantos posters de los Wolverines, mi equipo de fútbol, algunas fotos de mi infancia, el portátil… las típicas cosas que tiene un chico de mi edad en su habitación. Lo único que había cambiado desde que nos habíamos mudado era la cama, puesto que en la antigua ya apenas cabía. 

Enseguida el sueño me venció.

Me desperté un poco tarde, debía aprovechar antes de que empezara a grabar la película y tuviera que despertarme a las seis de la mañana.

- ¿Mucha fiesta ayer?- preguntó mi hermana pequeña Makena.

- No. Vi una película con unos amigos.

- Que aburrido eres- Makena estaba pasando por una edad difícil, los catorce no son demasiado buenos. Todos nos creemos que nos vamos a comer el mundo, unos mas que otros. 

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora