08:00 am

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- Son 08:25, ¿crees que notará el retraso? - me pregunta Dean, mientras conduce camino al hospital.

Se suponía que teníamos que buscar a Patrick a las ocho, pero entre una cosa y la otra, dejando el jardín impecable, se nos ha hecho tarde.

- Ojalá esté lo demasiado medicado para no hacerlo.

Cuando llegamos, vemos como ha vuelto a funcionar normalmente el hospital; los médicos cambian de turno, los enfermeros corren de aquí para allá, las recepcionistas en tacones tratan de ayudar a la gente desesperada con sus papeles (gente desesperada como era yo hasta hace unas horas..)

Subimos hasta la sala de Pat y vemos como la enfermera mala onda que nos había echado antes lo acompaña mientras él sale de la habitación, ya vestido y con una gasa en la frente.

- Me imagino que son familiares, ¿verdad? - nos dice la enfermera.

- Sí, si. Soy la hermana - digo.

- Bueno... Él ya ha firmado los papeles, debido a que es mayor... - la enfermera mira a Pat - A no ser que me hayas mostrado una identificación falsa, jovencito.

- Nada de eso, soy una persona madura - se defiende Pat, con las manos en el aire.

- De todas formas - vuelve a decir - ya está listo. Le he explicado como cuidarse y los medicamentos que debe tomar. 

La enfermera se despide con un ademán de manos y se va hacia la recepción. Parece que su turno ha terminado ya, porque desde lejos la veo quitándose las credenciales que llevaba abotonadas en el pecho.

- ¡Se suponía que tenían que estar aquí a las ocho! - nos dice Pat mientras los tres bajamos las escaleras. - ¡He tenido que escuchar hablar a esa mujer por media hora más!

- Lo siento, se nos ha pasado la hora - digo.

- ¿Disculpen? ¿Hasta ayer no podían ni verse y ahora se les pasa la hora? - pregunta - Alguien que me diga que ha pasado mientras he estado secuestrado aquí.

- Sólo... sube al auto, ya te contaremos. - dice Dean, mientras salimos a la calle y el sol nos pega en los ojos.


- ¿Enserio han ido de la abuela Sara? - pregunta Pat.

Está sentado en el asiento de atrás del coche de mis padres. Dean maneja, y yo no iba a dejar el asiento del copiloto. Está posicionado en el medio de nosotros dos, con la mano derecha agarrada de mi cabecera y la izquierda en la cabecera de Dean.

Le hemos contado casi todo ya, lo del seguro, lo de la gasolina, lo de mi abuela. Claramente hemos emitido todo lo relacionado con Dean y yo, ya que decidimos no contarle por ahora. 

- Sep - digo - y ha dicho que soy su nieta favorita.

- Sí, claro - responde - Disculpen que pregunte pero.. ¿Porque estás conduciendo el auto de mis padres y no el tuyo?

- Tu hermana ha roto el mio - dice Dean, imitando el tono burlón con el que nos hemos hablado toda la vida.

- ¿Enserio? - me mira con expresión divertida - Eso vas a pagarlo tu, niña rata.

- Mira, déjate de molestar porque te juro que llamo a papá ahora mismo y le cuento todo - digo.

- Oh, Margo, querida hermana, eres bellísima. - dice con los ojos en blanco.

- Hasta hemos limpiado el bendito patio.

- Ni me recuerdes eso. ¡Éste ha sido el cumpleaños más fiasco en la historia de los cumpleaños fiasco! 

- Ya, no llores - dice Dean - puedes planear uno el próximo año, con seguridad a prueba de niños, quizás, para evitar otro accidente.

Pat le golpea el hombro.

- Hasta tenía una sorpresa para ti, Dean.

Dean gira el cuello rápidamente para mirarlo y yo hago lo mismo.

- ¿Recuerdas a la Batichica de la fiesta de disfraces la semana pasada? Bueno, ¡había confirmado que venía pura y exclusivamente para ti! - se ríe en voz alta - Te la has perdido, hermano.

Miro a Dean y casi no puedo aguantar la risa, porque me está mirando entre asustado y expectante esperando mi reacción. Lo cierto es que hemos hablado tanto de esto, y ya me lo ha aclarado. No tiene sentido tener celos, o molestarme. Además, es más divertido reírme de la expresión de Dean y burlarme de él.

- No me digas que te has disfrazado de Batman - le digo - Me muero por ver esas fotos.

Dean se ríe y las mejillas se le tornan un poco rojas, lo que me hace seguir riendo.


Llegamos a mi casa y estacionamos en la puerta. El auto rojo de Dean sigue estando donde lo dejamos, "triste y abandonado", como diría el dueño.

Patrick entra, gritando Hogar, dulce hogar lo suficientemente fuerte como para levantar a los vecinos. Lo vemos alejarse por el pasillo mientras bosteza con los brazos estirados sobre su cabeza. Antes de desaparecer en su cuarto, se da vuelta y nos grita

- Te debo una hermano - dirigiéndose a Dean, y luego se mete en su habitación.

- Parece más cansado que nosotros, y eso que ha dormido toda la noche - me dice Dean, mientras se sirve una vaso de jugo de la nevera.

Ahora lo sé, Dean siempre ha sido como de la familia, y la única que no lo veía así era yo.

- Es cierto - le digo, mientas bostezo - Si tengo suerte, me despertaré para la cena.

Dean ríe despacio. Oh, Dios, me encanta como se ríe.

- ¿Crees que pueda llevarme el coche y traerlo mañana? Tengo que llegar a mi casa de alguna forma, ¿verdad?

- Sí, claro - le digo. Al fin y a cabo le hemos confiado el auto de mis padres más a Dean que ha mi hermano - te pagaré las llaves del tuyo, te lo prometo.

- Mmm - se acerca y me pasa los brazos por la cintura - puedes pagarme con un beso

Lo beso mientras le pongo las manos sobre los hombros.

- O dos, quizás - me dice entre beso y beso y yo me río.

- ¿Que pasa si viene Pat? Por un vaso de agua, o... - le digo cuando separamos nuestras bocas, aunque estamos tan pegados que no se si hay mucha diferencia.

- Pues... nos ve - dice y me vuelve a dar un beso corto.

- Eso ya lo se, tonto. 

- Supongo que se desmaya, se da la cabeza contra la mesa, y termina inconsciente. Como de costumbre, ya sabes.

- Y luego volvemos al hospital, y todo lo de esta noche se vuelve a repetir.

- Si, bueno... No me importaría repetir esto contigo.

- ¿Sabes que? - le digo, y le doy un beso rápido - A mi tampoco.



FIN.








En sólo una nocheWhere stories live. Discover now