03:00 am

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- Bueno, aquí es donde el GPS deja de funcionar - aviso.

Resulta que mi queridísima abuela Sara vive en un pueblo fuera de la ciudad, bastante remoto de por sí, entre dos de las pocas calles que el GPS no puede ubicar.

La mujer con acento español que Dean ha nombrado Frida no deja de decir "no se han encontrado resultados" cada vez que colocamos la intersección St. Keen y Claus. No las encuentra, y la ultima vez que he visitado a mi abuela fue hace una eternidad, y claramente no recuerdo como llegar.

Por lo que una vez dentro del pueblo, decidimos preguntar. Y aunque ya ha dejado de llover, siguen siendo las tres de la madrugada y es posible que la calle esté desierta. 

Recorremos varias manzanas sin éxito. Todos los locales cerrados, las luces de las casas apagadas, un pueblo bastante muerto.

Lo cierto es que el pueblo revive cuando nos encontramos con una discoteca, en una calle llamada Perkins, enfrente de una plaza. La música se escuchaba desde afuera, y había jóvenes en la puerta. Un grupo de chicos, y unas tres chicas. De mi edad, o quizás de la edad de Dean, no había mucha diferencia.   

- ¿Quieres que pregunte aquí? - me dice. 

- No lo se.. quizás no tengan ni idea. - Un par de chicos parecían borrachos a punto de vomitar, y otros, bueno, bastante cerca de ese punto.

- Este pueblo es más pequeño que una pasa, todos tendrían que conocer todo. Además, no hay nadie más y se nos acaba el tiempo - era cierto - voy a preguntar.

Aparcamos frente al club y Dean baja su ventanilla ya que era el que estaba más cerca. 

- Disculpen - levanta la voz - ¿Alguien podría ayudarme a encontrar una calle, por favor?

Estoy esperando que alguno de los muchachos se acerque, hasta que me doy cuenta que una chica, aproximadamente de 18 años se está acercando al auto. Tiene puesto un short negro con una blusa blanca suelta y unos tacos altos. Y lo peor de todo, mientras se acerca comienza a enrollar su cabello en un dedo y sonreír, en modo "oh, un chico lindo que pide direcciones, éste puede ser mi momento." Dios.

Se apoya con una mano en el coche y mira a los ojos a Dean. 

- Hola - vuelve a sonreír, y lo cierto es que es muy bonita. - ¿Estás perdido?.

Eehh, no, sólo pregunta las direcciones porque quiere saber si tu las sabes. Duh.

- Sí, mira. - Miro a Dean, buscando signos de que también le esté coqueteando a ella. No es que me importe, sé que tiene una gran lista de chicas con las que ha estado, o quieren estar con él, pero, vamos, que no lo haga delante mio. - Queremos llegar a St. Keen y Claus, ¿sabes donde está? 

No noto que le esté coqueteando pero, quien sabe, quizás lo hace de una forma sigilosa.

- Mmmm - la chica mira hacia arriba fingiendo pensar. Vamos, como si fuera tan difícil acordarte dos de las, como mucho, veinte calles de este lugar - Sí, mira; sigues derecho por aquí unas tres calles, doblas en St Keen y tienes al menos cinco calles hasta llegar a Claus.

- Lo tengo, muchas gracias - dice Dean. Y veo que toma el volante nuevamente y estoy feliz de que nos alejemos de aquella niña ahora mismo. 

Hasta que ella vuelve a hablar.

- Si quieres, puedo darte mi número. - dice - Sólo por si te pierdes.

No tengo idea porque lo hago, pero luego de ese comentario toso, como aclarándome la garganta. Sé que lo he hecho para que ella note que yo estaba en el asiento del copiloto.

En sólo una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora