De lo Inerte Nace la Vida Parte6

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-Buenos días preciosa-susurró al verme observándola en la distancia. 

-Buenos días...-emané con una voz casi inapreciable al oído humano. Mi alma suspiraba aliviada mientras cada músculo de mi soporte aún temblaba en silencio. 

-Pensaba subirte el desayuno a la cama, pero te me has adelantado. 

-Lo siento-contesté, avergonzada por mi exagerada preocupación mientras me sentaba sobre la encimera. 

Emma dejó lo que se encontraba haciendo y acudió a mí de inmediato. Cubrió mis muslos con sus manos, suaves y cálidas, y acercándome hacia ella con un leve empujón, me besó romántica y sensual. 

Estaba empezando a descubrir a una Emma que parecía haber estado escondida hasta el momento y, con su transparencia y apetencia, estaba consiguiendo volverme loca de remate. Todo lo que su ser retuvo durante su apática vida, estaba logrando ser desenterrado muy poco a poco, y quise pensar, con la ayuda de mi paciencia.  

Se apartó de mí, súbitamente, y corrió hacia la sartén donde se encontraba uno de esos deliciosos crepes que me había prometido. 

-Vaya, creo que este lo tendremos que tirar-explicó burlona mientras mostraba una torta negra y sin forma.

Reímos encarecidamente y disfrutamos de un exquisito manjar que mi amada me había preparado con todo entusiasmo. 

-Deliciosos, cielo-comenté a la vez que entrelazaba mi mano con la suya sobre la mesa. 

-Había pensado que hoy podrías dedicarme unas horas y hacerme las fotos que me prometiste-suplicó fascinada. Sus ojos poseían un esplendor que ni la mejor borrachera le daba.

Curioso sentimiento ese que en mí relució nada más salieron esas palabras de su boca. Tan sólo días antes, cuando la acababa de conocer y surgió la idea de que la fotografiara, la simple ilusión ya provocaba en mi interior un volcán de erotismo y fantasía que me costaba obviar. Ahora, en cambio, la realidad de estar a punto de hacerlo me deslumbraba por completo, sugestionando todo lo que mi imaginación hubiera podido dibujar desde la lejanía.

Habilité una de las habitaciones con un par de detalles singulares y decoré el lugar vagamente, pues poco necesitaba para resaltar más belleza de la que ya tendría ante mí. Preparé todo el equipo alrededor y me dispuse a acomodarme mientras esperaba la llegada de mi musa. 

Entró a la habitación con una sábana blanca impoluta de seda natural, cubriendo sus zonas más sensuales y apetecibles y se sentó sobre un enorme almohadón blanco de plumas que dispuse sobre el suelo, rodeado con trozos desiguales de seda natural, con las que más tarde se cubriría sus senos.

-Ríete, pero estoy nerviosa-comentaba mientras repasaba visualmente la sala al completo.

Sonreí maliciosamente y, presa de un embrujo, me dejé hipnotizar por completo como si fuese la primera vez que rozaba sus curvas con mis cinco sentidos. Puse algo de música acogedora, que había preparado previamente, y comenzaron a aparecer las explosiones en mi imaginación mientras mandaba directrices a mi aterrorizada modelo. 

Durante la sesión, jugueteamos en la distancia con miradas que alcanzaban a rozar la indecencia mientras las sonrisas se escondían entre brumas de reserva y profesionalidad. 

El fuego que en aquella habitación se desató, delimitó mi pulso en cada encuadre que intentaba llevar a cabo.  

Como resultado, una buena colección de imágenes, marcada por la elegancia y sensualidad de la divinidad femenina, mezcladas con la inocencia y el erotismo del deseo más callado. 

De lo Inerte Nace la Vida Parte1Where stories live. Discover now