obeying daddy » taekook {esp} cancelada. WARNING: +18

tres

·

Jungkook

Déjà Vu.

Un sentimiento de haber vivido ya la situación actual. Confianza pesada.

No creía en insignificantes cosas como la reencarnación o recordar sobre la vida pasada. Aunque últimamente este pensamiento se estaba derrumbando, y todo por culpa de un malvado hombre con castaños ojos pecadores.

Cada roce era eléctrico y familiar. Las conversaciones eran tensas y resultaban a un Jungkook después tomando un gran respiro tras la pared.

Le fastidiaba pensar en él. No era su crush, eso era cierto. No porque no fuera extremadamente atractivo, sino porque si le gustara no se sentiría así. Sentía que ya conocía a Taehyung, y le dolía estar cerca de él sin saber por qué.

Una semana había pasado desde su llegada y ya se estaba convirtiendo en vieja noticia. Especialmente desde que el coordinador de redes sociales, Jung Hoseok, había llegado. Aparentemente era un "rompecorazones", y todas las empleadas de repente se aburrieron de Jungkook. Estaban cayendo por la carne nueva.

No es como si le molestara.

Decidiendo despejarse de la telenovela formada en su cabeza, Jungkook sale de su cubículo de oficina y se apoya en la pared divisoria.

-Chim. –Jimin levanta la cabeza, con el pelo despeinado debido a estar durmiendo sobre su escritorio. Sus ojos estaban medio cerrados y se estira, sus músculos apretados bajo la camisa.

-¿Mmm? –gruñe y refresca la página del ordenador.

-Vamos a ver al nuevo vicepresidente. –suplica Jungkook, dando golpecitos en la pared divisoria con su bolígrafo. Jimin se muerde el labio y niega con la cabeza.

-Preferiría que no. He oído que es un engreído, convenido y egoísta. –murmura Jimin, y Jungkook lo mira con las cejas alzadas. –Quiero decir, es lo que he oído.

-Un-huh. –Jungkook se sienta de nuevo en su silla con ruedas y suspira. Estaba extremadamente aburrido y quería ir a ver como de genial era este Hoseok.

Iré por mi cuenta, piensa, y salta de su silla. Lanza una bola de papel a la cabeza de Jimin, y Jimin sonríe cuando la coge; recuerdos de Yoongi y su primer encuentro vinieron a su cabeza antes de que la tirara a la basura.

Industrias Kim era un impresionante grande edificio. Pero también era casi imposible de navegar. Tardó diez minutos hasta llegar al departamento de redes sociales.

-¡Bien gente! –una voz alta llama, y todos se detienen. –¡Quiero todas las proposiciones para la nueva app que será presentada esta tarde! ¡No quiero ni una excusa!

La sala entera se queja, fastidiados de que la fecha límite hubiera sido anunciada tan pronto. Jungkook echa un vistazo para ver al hombre que había hablado.

Su estilo fue lo primero que le llamó la atención. Vestía un blazer blanco con una camiseta negra con manchitas blancas. En su cabeza llevaba un sombrero negro, dejando ver su castaño flequillo.

Otra cosa fue es que siempre estaba sonriendo. Cada cinco segundos, podría poner en un escaparate, sus perfectos, blancos y rectos dientes de los que Jungkook terriblemente envidiaba. Su carisma se desparramaba cuando hablaba con otros empleados, y Jungkook podía decir que era difícil para los empleados estar desanimados con la repentina fecha límite.

-Hoseok. –una fuerte femenina voz dice, y la sonrisa de Hoseok se amplía.

-Julie~ –canturrea Hoseok y anda por el lado de la alta mujer. Era la presidente de la sección de redes sociales – Julie Stevens. Era una mujer intimidante, alta, rubia y con características faciales notorias.

Lo extraño era que estaba vestida en pantalones de chándal, un gorro de las industrias Kim, deportivas y una camiseta de tirantes ancha. No estaba vestida formal, pero todavía emitía ese sentimiento de poder. El departamento de Redes Sociales seguro que funcionaba de manera diferente.

-¿Por qué estás atormentando a mis empleados? –pregunta, y Hoseok se encoge de hombros.

-Soy su jefe, ¿acaso importa? –Jung Hoseok levanta el cuello de su camiseta y le guiña un ojo. Julie, cabreada, pone la mano en su cuello y se lo lleva lejos.

-Sí, y yo soy tu jefa. A mi oficina, ahora. –Hoseok intenta ocultar su sonrisa y deja que Julie se lo lleve. Desaparecen por la puerta de su oficina y el resto del departamento empieza a hablar de nuevo.

Así que Jung Hoseok era un engreído. Sin embargo a Jungkook le gustaba... Su sonrisa era contagiosa.

Unos dedos de repente agarran su muñeca y parpadea sorprendido cuando se da la vuelta.

-Señor Kim. –dice nervioso, los ojos de su jefe haciendo que su corazón latiera mucho más rápido.

-¿Por qué estás en el departamento de Redes Sociales en vez de haciendo tu trabajo? –pregunta Taehyung, sus dedos aún apretando su muñeca.

-Quería ver al nuevo rompecorazones. –dice de repente, sin pensar en mentir. Taehyung se burla y se lame los labios.

-¿Ese idiota? –hace un gesto con la cabeza hacia la oficina de Jung Hoseok. –No es tan genial.

-Creo que es guay.

-Yo soy mejor. –Taehyung refunfuña y hace un puchero, como un niño pequeño. Jungkook alza una ceja y apoya su pie contra la pared que hay tras él.

-¿Estás celoso? –los ojos de Taehyung se abren y empieza a reírse.

-En absoluto. Es decir, estás perdiendo el tiempo cuando tienes al mayor rompecorazones en frente tuya. Quizás te van los caballos con bajo coeficiente intelectual, son tus gustos así que no te voy a juzgar. –su jefe se da la vuelta para irse y Jungkook sonríe levemente. Ahora mismo, el más bajo parecía vulnerable, y era bastante adorable.

-Está bien estar celoso, Taehyung. –Jungkook se inclina hacia delante e ignora el cosquilleo en su estómago. –Pero no te preocupes, nunca me aburriré de mi jefe. –sonríe satisfecho cuando ve la punta de la oreja de Taehyung ponerse colorada.

Suavemente coloca su mano en su pequeña espalda y se apoya a su lado, acercándose a su oído.

-Ahora si me disculpas, tengo que volver al trabajo. –sin querer, roza sus labios contra su oreja y un escalofrío recorre el cuerpo de Taehyung al sentir el contacto. Jungkook pasa por su lado y se va, dejándolo solo en el pasillo.

Nunca antes había tenido un lío con uno de los CEOs más importantes del país. Una sonrisa aparece en sus labios y ríe para sí mismo. Iba a pasárselo muy bien aquí.