Capítulo 32.

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"Odio & rencor"
(Un villano ha nacido)

5 segundos bastaron para ver todo lo que me interesaba de la mente de Franklin. Tenía a mi alrededor a toda mi familia en llamas, y en mis manos al responsable de toda esta situación.

—Franklin... ¡eres un maldito!

—Alguien tiene que detenerte Tony, mira a tu alrededor, mira lo que estás haciendo.

—¡Cállate maldito! —le grité mientras apretaba el puño en dirección a su cara—. Tu eres el culpable de todo esto...

—Te equivocas Tony, yo intento salvarte...

—¡No quiero escucharte! —le dije interrumpiendo sus palabras-. Ya nadie puede salvarme, mi mundo acabó, pero antes acabo contigo...

Levanté mi brazo derecho y abrí la palma de mi mano, atrayendo hacia ella mi espada.

—¿Crees que esté muerto?

—¡Cállate!

—Estoy nerviosa Vianny ¿crees que es seguro avanzar hacia donde están esas llamas?

—Ahí es donde está Tony, si nos necesita debemos estar cerca. ¿Entiendes perla?

—Está bién Vianny, avancemos.

Los lamborghinis de Vianny y Perla estaban avanzando hacia mi posición a gran velocidad. El caos y el pánico azotaban las calles, y las llamas que nos rodeaban, impedían que alguien pudiera acercarse hacia mí.

—Franklin... nos veremos en el infierno —le dije con mi espada apuntando a su garganta.

Cuando pensaba bajar con fuerza la espada, cerré mis ojos, sentí como me salpicó la sangre en mi rostro; nunca había sentido tanto dolor, sin duda era el peor momento de mi vida. Había matado a todos mis seres queridos en el intento de salvarlos, mi mayor enemigo resultó ser quien consideraba mi único amigo, y ni siquiera sabía si la chica que amo estaba en uno de esos bus que exploté.

El dolor era tanto emocional como físico, la sangre que salpicó mi en cara, era... mi propia sangre, me encontraba tirado en el suelo con una herida en el pecho, había sido atacado justo antes de llegar a clavar mi espada en la garganta de Franklin, por uno de los soldados del famoso escuadrón Anti-Cheater. Sus armas estaban modificadas especialmente para mi, y tenían más armas y artefactos que planeaban usar en mi contra. Eran muy organizados y rápidos, veía como se formaban para atacar otra vez.

Franklin se estaba poniendo de pie nuevamente, se le notaba un poco adolorído. El escuadrón se reunió detrás de Franklin y apuntaban hacia mí, esperando la orden de volver a atacar. En ese momento salieron de las llamas dos lamborghinis a gran velocidad, Franklin y su escuadrón voltearon a mirar y yo aproveché la distracción para atraer una de mis pistolas con balas explosivas hacia mi mano, no tenía tanta precisión puesto que mi vista se comenzó a nublar. disparé y causé una fuerte explosión en frente de Franklin y su escuadrón, dándole tiempo a Vianny y a perla que se acercaran sin ser atacadas.

—¡Tony sube! —gritó Vianny con la puerta del coche abierta.

Subí con ella y salimos a toda prisa de allí. Franklin y su escuadrón dispararon en contra de nosotros para intentar detenernos.

—¡Perla sígueme!

—¡Entendido Vianny! ¡voy detrás!

Miré por uno de los retrovisores y vi que venía un proyectil hacia nosotros; me sentía débil no tenía fuerza para intentar detener ese ataque.

—Vianny, sigan sin mí...

—Perla, ¡¡noo!!

El lamborghini de perla estalló en llamas al ella meterse en medio del proyectil que se dirigía hacia nosotros.

—¡Noo maldición! ¡¡nooo!! —dijo Vianny entre lágrimas golpeando el volante—. ¡¿Porque no hiciste nada Tony?!

Yo no contesté nada, solo la miré, y luego volví a mirar hacia el frente. Ella siguió hacia adelante sin contener las lágrimas, mientras que yo casi sin fuerzas, intentaba sacar la enorme bala que había en mi pecho.

Franklin y su escuadrón no pudieron seguirnos, así que nos dirigimos hacia nuestra guarida. Cuando llegamos, entramos en silencio, Vianny no paraba de llorar, yo había sacado la bala de mi pecho, y mi herida sanó rápidamente. Luego de darme una ducha, me vestí, y tome mi chaqueta de capucha color negro.

—¿A donde vas Tony? —preguntó Vianny.

—No lo sé, simplemente voy a salir, y te diré desde ahora... no estas obligada a quedarte conmigo. no me queda nada, así que mi vida ya no tiene sentido, el tiempo que permanezca vivo no creo que lo viva por un buen camino, así que si quieres irte hazlo.

—Yo...

—No tienes que responder —le dije interrumpiendo sus palabras—. Me daré cuenta de tu decisión cuando regrese, y te encuentre o no aquí.

Salí sin ningún rumbo, sólo quería caminar, pensar en: ¿qué haría con mi vida? ¿Cómo continuar asi?

Al paso de unos minutos caminando, unos asaltantes aparecieron y me apuntaron con un arma diciendo que les dé mi billetera. Me acerqué a ellos y les saqué el corazón con mis manos en un abrir y cerrar de ojos. Estaba furioso, me sentía de mil maneras a la vez, salían lágrimas de mis ojos y no podía controlarlas. En un momento desesperado y sin pensar tome el arma de los asaltantes y me disparé en la cabeza, fue algo estúpido por que sé que esas balas no pueden penetrar mi piel, pero en ese momento reaccioné y pensé:

—¿para que acabar con mi mundo y dejar que este siga como si nada? ¿Porque simplemente desaparecer y dejar que todo el mundo viva feliz? El mundo sabrá quien soy, voy a divertirme hasta cansarme, haré lo que me venga en gana, le daré uso a mis poderes al máximo, disfrutaré de todos los placeres de la vida, visitare cada parte del mundo, y luego... lo destruiré.

Quizá me estaba volviendo loco, pero como dicen... "la locura es la razón de ser de la cordura". Quizás estaba equivocado, quizás mi idea era estúpida, quizás no lo lograría, quizás y algún día cambie de parecer antes de completar mi plan, pero en este momento nadie podrá sacarme eso de la cabeza, el día que deje de existir... ¡todos lo harán!

—¡Alto! Suelte el arma y ponga las manos donde las pueda ver —dijo un policía que se encontraba detrás de mi.

—Los dos estamos armados ¿por que crees que yo soy quien debe soltar el arma? —le pregunté con un tono amenazante aún sin voltear.

—¡No hagamos esto mas difícil! ¡suelta el arma y nadie saldrá herido!

Voltee lentamente mientras le daba una mirada aterradora.

—Témele a un hombre que no tiene nada que perder...

El policía disparó varias veces, y yo lancé la pistola tan fuerte que se enterró en su frente.

—Nueva forma de utilizar un arma —me dije a mi mismo.

Me acerqué al policía y tome una caja de cigarros que traía; nunca había fumado pero ya era hora de comenzar hacer cosas que nunca he hecho en la vida...

Cheater (origen Del Mal) Where stories live. Discover now