Capítulo 17: Evidencia

183 18 19
                                    







Esa tarde, no logré ver a Ariel ni a nadie más de la secta. El humo de aquella hoguera tardó en desaparecer y me mantuve en la ventana hasta el último segundo. Archivando cada detalle en mi mente. Había visto salir a dos camionetas negras y el auto deportivo de Jordana. Por un momento pensé en que volverían, pero habían salido directo a la carretera. Estaba al cuidado de Sophia, donde Ariel le había exigido estrictamente "No Salir" de aquella casona. Ella estaría a cargo de preocuparse que nada me falte, ya que tendría que estar en perfectas condiciones para la cena que se había programado para esa noche.

Para mi conveniencia, era justamente lo que necesitaba.

Sophia me había llevado ropa nueva y había preparado una tina con hidromasajes llena de sales que me relajarían. Pero preferí la ducha. Mi opción no era sentir mi cuerpo como una lana y recostarme con la cara llena de mascarillas de barro, sólo quería sentirme alerta ante aquel desorden que estaba provocando en la secta. El agua estaba helada, pero la sentía bien. Limpié mi cuerpo, mientras que unas lágrimas quisieron escaparse. Me rehusé dejando mi rostro justo debajo de la regadera, donde no pude comprobar si alguna se había escapado. El miedo estaba bloqueado y ni siquiera sentía esa presión eléctrica en el pecho. Me estaba endureciendo y no sabía si eso estaba bien o mal. Sólo quería que todo termine. Sólo quería acabar con esa maldita secta.

Me vestí con aquellas prendas nuevas, que por cierto eran bastante cómodas, y salí de ese enorme baño temperado. No sequé mi pelo y ni siquiera di un vistazo al espejo. No lo necesitaba. Sólo tenía una misión en mente: Encontrar a Adam.

_ ¿Estás segura de que sólo somos nosotras en esta casa? – pregunté, con seriedad, mientras que Sophia lo afirmaba de inmediato con cierto temor – Vamos a estar bien.

_ Creo que desconoces lo que Ariel es capaz de hacer si llega a enterarse de esto – me dijo, acercándose y acomodando su pelo tras su oreja. Estaba asustada.

_ No me interesa saberlo, porque a nosotras no nos hará nada – afirmé con seguridad, entregándole una sonrisa.

_ No sé en qué momento caí en esto – dijo Sophia, algo afligida, quedando en silencio.

Su mirada parecía perderse y, a ratos, sentía que en cualquier momento se arrepentiría de ser mi "casi aliada". Sentía su incertidumbre, como así también su poca estabilidad frente a mis planes. ¿Realmente podría confiar en ella o estaba actuando de forma apresurada?

_ Estaba perdida y me sentí bien al ser parte de algo – comenzó a hablar de repente – Sentí que importaba... Sentí que estaba a la altura de ellos.

_ No sabías lo que estabas haciendo – intenté calmarla.

_ En algunos momentos... sí, lo sabía – dijo, mirándome con cierto arrepentimiento. Sus ojos se tornaron brillantes y pude sentir su angustia – No quiero ser parte de esto, Antonia. Quiero salir de aquí... Quiero irme de esta ciudad. Irme lejos y empezar de nuevo.

_ Lo vas a hacer, Sophia – le dije, tomando su mano – Ten por seguro que lo harás. Tienes que darte esa oportunidad de cambiar... de crecer.

_ Hice mucho daño – confesó, dolida – Le hice daño a mucha gente, sobre todo a Julieta... Y si esto se sabe... Si este grupo llega a estar en boca de todos, yo estaré acabada.

_ Vas a lograr salir, Sophia – dije, tratando de olvidar que había mencionado aquel nombre.

_ Tengo miedo – me dijo, abrazándome y sollozando sobre mi hombro – Tengo miedo de lo que pueda ocurrir conmigo. Ellos no dejarán que salga de aquí.

_ Yo te ayudaré – le dije, apartándola y dejándola frente a mi – Pero no puedo hacerlo si decaes así. Sólo te pido que seas fuerte. Ocupa esa coraza que ellos te hicieron formar, pero para buscar tu libertad sin que ellos puedan notarlo. Sé hermética con tu cuerpo y tus sentimientos. Ellos no son tus dueños. Ariel no es tu jefe ni mucho menos tu dueño.

WildChild: La BúsquedaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin