Capítulo 0: Carta 2 (La Respuesta de Antonia)

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09:00 am


"Es complicado responder una noticia tan fuerte, tan desgarradora para mi en estos momentos. Antes que todo, te agradezco el tiempo que te tomaste para explicarme.

Me cuesta escribir. Aún estoy temblando y mis lágrimas no se detienen, aunque las limpie cada dos segundos. No puedo detenerlas.

Miles de preguntas se cruzan por mi cabeza, al igual que a ti. Porque simplemente no lo entiendo... Si ella nunca fue así. Por lo menos conmigo nunca se mostró así. ¿Qué le ocurrió para que llegue a tomar esa drástica decisión? No quedaba nada de tiempo para encontrarnos. Dos semanas. ¡Dos semanas, Adam! Íbamos a estar juntas. Me quería llevar a conocer las Torres del Paine, las Pingüineras, la plaza de la ciudad y que llene de besos el pie de una estatua para que no me vaya más de Punta Arenas, para que esté con ella siempre. ¿Por qué tuvo que hacerlo? ¿Por qué tuvo que dejarme sola?

Julieta, perfectamente podría haber vivido aquí, y no creas que no le dije. Pero por sus padres optó por esperar y vernos cada ciertos meses.

Vernos... Pensar que nunca más la voy a ver...

Me gustaría poder estar seca en estos momentos, para dejar de llorar como una tarada. Si sé que no soluciono nada con esto. Tengo que respirar profundo... Quedo en blanco, con la mirada fija al balcón. Estoy en un décimo piso y ansío en reunirme con ella ¿Cómo explicarte que ella me completaba? A pesar de no sentirnos siempre.

Era mi sonrisa al despertar, mi calma para mis momentos de furia, mi corazón era parte de ella... Tengo todo para desaparecer en este mismo momento, dejando este testimonio como mi último mensaje de facebook. Hay algo de alcohol en la heladera, hay calmantes y pastillas para dormir, tengo un balcón lo suficientemente alto como para caer inconsciente y parar con todo este sufrimiento.

Revisé mi fecha de vuelo. El miércoles 29 de Enero del 2014, iba a estar llegando a Punta Arenas en la mañana. Y no pienso perder el vuelo, cambiaré la fecha.

Debo secarme las lágrimas. Esto tiene algo de arreglo. Sé que no voy a revivirla, pero no puedo lanzarme drogada por ese balcón, sin saber qué es lo que ha pasado. Yo te voy a acompañar, Adam. No vas a estar solo. Eso te lo aseguro. Llegaré a acompañarte y a saber qué es lo que realmente ocurrió con Julieta. No por nada te dejó esa mochila, dentro de la cual estoy involucrada. Voy a viajar a Punta Arenas. Tengo que estar en el funeral, tengo que hacerte compañía. Sé que ahora duermes, quizás las pastillas te despierten durante la tarde... pero para cuando leas esto, yo ya estaré armando mis cosas para irme de aquí.

La explicación está en esa mochila que te ha dejado y estoy segura que vamos a enterarnos de hartas cosas.

Es extraño, pero es que como si alguien me hubiese abierto los ojos. Quiero saber todo y sé que con tu ayuda lo voy a lograr. Ella no llegó desesperada a tu casa sin motivo. De algo estaba escapando, de alguien te estaba protegiendo y yo lo seguiré haciendo. Voy a protegerte. Es como ella hubiese querido. Tenemos cosas qué descubrir.

No le menciones a nadie de mi existencia, aunque creo que ninguno lo debe saber. Pero yo te voy a encontrar en el funeral. He visto fotos tuyas también y ten por seguro que nos reconoceremos de inmediato. Resolvamos esto, Adam. Lleguemos al fondo. Julieta no se suicidó porque sí, estoy segura de eso... y con cada minuto que pasa, más ideas, conclusiones, hipótesis y pensamientos pasan por mi mente. Ella no hubiese sido capaz de ahorcarse.

Admito que en el último tiempo, aparecieron muchos cambios entre nosotras. Los últimos meses, como desde octubre del 2013, siempre estaba ocupada. Me decía que prefería escribirme en una libreta ante que en Facebook, que después me la entregaría. Sus llamadas comenzaron a ser más cortas. Sus mensajes menos frecuentes. Aunque siempre recordó el "buenos días", sólo que su voz ya no era la misma. Muchas veces la llamé en la noche y no contestaba, después en la madrugada recibía un mensaje donde me explicaba que estaba celebrando el cumpleaños de una amiga o de un amigo. Nunca mencionó nombres. Sólo el tuyo y el de Sophia Videla, donde me contaba que esa niña la odiaba y no sabía la razón.

A ratos volvía a ser la misma y me pedía que la abrazara a la distancia, que soñara con ella, que la protegiera y que nunca la dejara sola. Eran esos momentos donde la impotencia me carcomía el cuerpo por no estar, físicamente, a su lado.

Ayúdame a llegar al fondo de todo esto para así estar tranquilos. Estamos con la misma angustia y tenemos que enfocarla hacia otro lado. Vamos a sufrir... Tengo claro que voy a sufrir mucho cuando llegue a Punta Arenas y vea todas las imágenes que ella me enviaba por whatsapp o por Facebook. Pero me prepararé. Puedo ser fuerte si me lo propongo y más, si es por Julieta.

A ella la amo. Con el alma. Con mi ser. Y quiero que seas parte de mi búsqueda."

Antonia

Leído 17:59 pm.


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