Capítulo 8: Leviathan

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Las sectas, que existen y han existido, siempre se han basado en un tema central, en una ideología o en una creencia. Lo cual les permite a ellos, como grupo, tener sus propias reglas y crear su propio entorno de acuerdo a una línea imposible de romper. Todo es meticulosamente ordenado o programado, nada puede escaparse de los límites que ellos mismos se imponen. Donde, claramente, hay un líder, un brazo derecho o dos, y los adeptos o discípulos.

La gran mayoría de nosotros somos vulnerables al halago, al engaño, a las tentaciones y a las seducciones cuando estamos solos, tristes y algo abandonados. El señuelo por lo general es: "Si vienes con nosotros, todo irá bien y todo el mundo vivirá feliz por siempre". La gran mentira, el gran señuelo para que la pequeña presa se sienta protegida.


Fue así como, después de leer los escritos de Julieta, pude darme cuenta que la secta a la cual pertenecería estaba basada en Leviathan. Algo absurdo para mi, en ese tiempo. Algo sin sentido y poco creíble, ya que no asimilaba que un grupo de personas puedan actuar con esa base tan oscura y hasta absurda.

Leviathan o Leviatán, significa "torneado" o "en espiral" en el hebreo antiguo. En algunas ocasiones es tomado como sinónimo del mismo Satanás. En el antiguo testamento aparece metafóricamente como una bestia marina. En el cristianismo es considerado como una de las formas que adopta Satanás y en el hebreo moderno, significa simplemente "ballena", que de hecho es lo más normal que arrojó mi buscador cuando me dispuse a investigar. Pero por lo general, este famoso nombre sólo encierra oscuridad y cierto apego por el mal, algo que se opone a las creencias religiosas basadas en Dios y en la iglesia católica.

En la biblia negra, que era en la cual ellos basaban sus reuniones, este era tomado como uno de los cuatros príncipes de la corona del infierno, donde Satán representaba el fuego, Lucifer el aire, Belial la tierra y Leviathan el agua. Este era representado por un cáliz en cada ritual, donde el bebestible que daba comienzo a las sesiones era sangre; ya sea de ellos mismos, de alguna otra persona o simplemente del sacrificio de algún animal. Todo apuntaba a que ellos no estaban en un simple juego de niños rebeldes. Ellos estaban mucho más allá de lo que yo había pensado en el momento de unirme a la secta. Realmente logré estar cara a cara con personas que se habían dedicado por completo a vivir bajo la oscuridad y la avaricia. El poder y el abuso de poder. Vivían bajo los efectos de la droga y sacaban sus grandes ganancias a costa de eso. No les interesaba humillar a alguien, no estaba en su raciocinio comprender a las demás personas, sino que exprimirlas por completo y quedarse con la más pura esencia de cada uno. Ellos vivían en un círculo hermético y yo había decidido destruirlo.




Aquella noche, en la que llegué al departamento de ellos, fui recibida cordialmente por Ariel Vergara, el líder. Quien con su contextura delgada, sus profundos ojos azules y su amplia sonrisa, se acercó como si realmente estuviese muy contento con mi visita.


_ Hola Antonia - me saludó, dándome un beso en la mejilla y tomando mis manos. Las mías se mantenían algo húmedas, mientras que las de él pudieron traspasarme un poco de calor.


Me acercó al sillón y le dijo a Jordana que me traiga un vaso. Se sentó a mi lado y recién en ese instante quitó sus manos de las mías. Yo me mantenía fuerte y lo más natural posible, sin importar que por dentro quisiera escupirlo.

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