Maratón 2/3

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Capítulo #29

~ Narra Lany. ~

Golpear algo no me ayudaría. Correr tampoco. Practicar no haría nada. Lo que me ayudaría a calmar mis humos era hablar con Cassandra, pero ella no quería verme, lo había dejado muy claro.

Yo tenía ese defecto, ese error de hablar de más sin siquiera pensar y luego darme cuenta de lo que había dicho. Eso me había pasado con Cassandra. Le había dicho cosas que no eran más que pavadas en mi cabeza y para colmo la chica no me querría escuchar.

Entré a mi habitación y fui directo al baño. Después de 20 minutos en la ducha, encontré a Heather fuera de esta.

—Creo que siempre nos encontraremos así. —comenté un poco incómodo.

—Lo siento... no sabía que... necesita decirte algo. —dijo nerviosa.

—¿Qué cosa? —pregunté.

—Primero, ¿te podrías poner algo? Me estás... poniendo nerviosa. —respondió.

Alcé una ceja. —Te pongo nerviosa, ¿eh?

—¡Obvio que si! Estas semi-desnudo. —dijo mirándome a los ojos.

Me acerqué unos pasos a ella. —Eso no me lo dijiste cuando...

—Detente. —interrumpió. —Eso no pasó. Eso nunca debe salir a la luz. Nadie debe saber lo que pasó.

—¿Por qué?

—No debimos hacerlo. —respondió en voz baja. —Solo... olvida que pasó.

Me acerqué un paso más a ella. —¿Te arrepientes de haberlo hecho?

La chica me miró directamente a los ojos. No sabía descifrar que había en ellos ni que trataban de decirme. Pero tampoco sabía que hacer, algo en mi ser deseaba que no fuera eso; que Heather no se arrepintiera sobre lo que había pasado entre nosotros...

> Flashback <

Sus ojos verdes kiwi me miraban con cierta excitación, su respiración era acelerada y su sonrisa era la más sincera, la más grande y hermosa. Una risilla salía de sus labios al mismo tiempo que trataba de recuperar el aire. De igual manera, yo trataba de recuperar el aire con una gran sonrisa en mi rostro.

No importaba cuantas veces me había golpeado para zafarse de mis manos, hacerle cosquillas y escucharla reír era la mejor cosa que me había pasado. El simple hecho de estar con ella me hacía sentir más relajado, vivo y alegre. Ella tenía ese efecto en mi.

De un momento a otro, mis ojos recayeron en sus labios y los pensamientos de como se sentiría besarle o a que sabrían sus labios inundaron mi mente. Y en menos de lo que esperé nuestros labios chocaron con pasión y deseo. En menos de 20 segundos mis manos pasaron a su cintura, mientras que las suyas pasaron a mi cuello y cabello. Sus labios eran suaves y sabían a fresas, cosa que me estaba matando por dentro. Me incorporé en la cama junto con Heather, ella en mis piernas, teniendo una mejor forma de probarla. De un segundo a otro el beso se convirtió en uno más intenso cuando mi lengua tuvo acceso a su boca.

Creí que ella se detendría, creí que me diría que me detuviera, hasta esperaba que me golpeara por haberla besado, pero no fue así. Sus manos se colaron debajo de mi camiseta, paseándose por mi torso, hasta llegar a quitarla. Yo no perdí tiempo y me deshice de su remera. La tomé de la mejilla, profundizando el beso, y la recosté en la cama. Segundos después pase mis labios hasta su cuello, dejando pequeños besos en él. Ella se retorcía debajo de mi, soltando pequeños suspiros, lo que me hacía sonreír mientras los dada.

Revenge © |B#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora