Capítulo 6. "Puede, no sé si me gusta...":

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P.O.V. ______:

Me desperté con el espantoso sonido de mi despertador. Lunes, era el peor de la semana, siempre te costaba más levantarte y ponerte las pilar para empezar el día.

¿Quién había inventado los lunes? Nadie que se tuviera que levantar tan temprano, seguramente. Nadie lo hubiera inventado si así fuera.

De eso estaba muy segura.

Me levanté de un salto, sí, estaba cansada pero no muerta, por suerte. Me vestí con lo primero que vi, del mismo estilo que siempre usaba, una ropa bastante discreta y cómoda para ir a un sitio donde lo que tenías que hacer era aprender y no pasearte por los pasillos como si dejar que unas setecientas personas te miraran como un pedazo de carne fuera la cosa más normal del mundo. Intenté arreglar un poco mi cabello, pero parecía que intentase grabar una versión cutre de “Misión Imposible 5” así que lo dejé estar y me hice una coleta alta, un poco desordenada, pero con estilo, o eso era lo que yo pensaba.

Me miré en el espejo y me sonreí, me convencí que hoy sería un buen día o, por lo menos, intenté que mi cerebro pensara eso.

Gal·la, mi amiga de Hip Hop, conocería por fin a mis amigos. En especial quería que conociera a Max, seguramente al acabar el año escolar serían inseparables y, con el tiempo, serían novios, sería una especie de celestina, pero encontrando el amor y no un buen rato.

Ya podía ver su boda, incluso podía oír las campanas sonando y a ver a Max y ella dando el “sí, quiero” cogidos de las manos, aunque para eso quedara más tiempo.

Podía ver fácilmente a Max con una chica como ella.

No una chica como yo, eso sería explosivo, sin duda. Podía ver al mundo partido en dos si eso ocurriera. Pero siempre seríamos mejores amigos, de eso sí estaba segura.

No importaba que explotáramos, estaríamos en las buenas y en las malas siempre.

Bajé de una vez las escaleras, no volando (seguro que lo estabais pensando), pero casi. Mis padres estaban desayunando, no se extrañaron demasiado por mi extraña aparición, me conocían mejor de lo que deberían. No vi a Eliot en su silla, donde siempre estaba cuando bajaba por las mañanas. Saludé a mis padres y me preparé un vaso de Cola Cao, sí, me encantaba eso a mi edad.

Me encantaba y no me importaba, mejor para mí, las personas no sabían lo que se perdían por decir que eso era de niños.

-          Papá, ¿sabes dónde está Eliot? –dije por curiosidad más que nada, mi hermano era igualito que yo, no sabías lo que podía llegar a hacer. A veces asustábamos hasta a nuestros padres-.

-          Me parece que no sea ha despertado, ¿puedes ir tú? –dijo mi padre mirando el reloj de la pared con pesadez-.

-          Claro, no hay problema… -dije subiendo las escaleras, esta vez, tocando el suelo, claro está-.

Fui hasta la puerta de la habitación de mi hermano y toqué, no hubo respuesta inmediata, así que, lentamente, fui abriendo la puerta de su habitación.

No sin antes taparme los ojos por prevención, aunque los destapé al escuchar sus leves ronquidos. Mi hermano estaba dormido con los auriculares puestos, podía oír la música que salía de ellos, no me extrañaba que no hubiese oído el despertador, si con la música no se despertaba, el pobre despertador igualmente habría perdido la batalla…

Le quité con cuidado un casco y lo empecé a zarandear suavemente, pero yo también perdí la batalla. El “Rock & Roll” era muy difícil de ganar, pero yo conocía los puntos débiles de mi hermano.

YouTube Girl |Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora