Capitulo 1

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Bueno sí. O no. En realidad no lo sé. No tengo idea si el policía que me está mirando es bizco. O quizás no me está mirando a mí, es a la señora. O no. ¿Cómo podría saberlo, si es bizco? Me muevo de nuevo, tengo el trasero entumecido y me duele la cabeza. Son las dos y media y aún no he probado comida. No es que sea tan amante, pero estar tanto tiempo inactiva me da ansiedad.

La Secretaría del Tribunal está llena. Repleta. Y las personas huelen mal y a sudor. Yo solo quiero desaparecer. Me rasco la nariz y me levanto al ver a mi papá salir de la oficina del Juez, no le digo nada. Pero él sí.

—Ya vamos a comer —me anuncia—. Tienes que tener hambre.

¿En serio?

Le doy una de mis miradas. Esas que hago cuando estoy enojada.

Nos subimos al auto y él escucha la emisora de las noticias mientras nos dirigimos a casa. Aunque suene muy anticuado, a mí me gusta escucharla, los locutores me agradan mucho.

Amy Pérez, de tan solo quince años de edad, ha logrado lo que pocos han logrado a mayor de edad, construyó un generador de protones y está siendo exhibido en...

Mis oídos se tapan completamente al verlo. Solo hago eso. Verlo. Está vestido con una camisa azul y pantalones de tela negro, bien planchados. Mierda. No pude ver como se quitaba la corbata. Siempre lo hacía, llegar, parquear su auto Honda Civic, placa G005655 en el lado de la sombra (me sé el número de la placa, ¿es eso raro?), salir, aflojarse el nudo de la corbata con una sola mano y llamar a su esposa para que venga a recibirlo. Natalie.

La odio, y sé que él también, bueno, creo que la odia. La hija de puta es una suertuda. Además, le lleva siete años. Es vieja, ¿por qué alguien tan lindo como él necesitaría a una vieja?

Es agente de ventas. Uno muy bueno. Se la pasa en todas partes. Algunas veces lo he visto en el supermercado o cerca de mi colegio. Conduce muy lento. Siento que me pide a gritos que le pida un aventón. Pero eso lo hace mi mente, él no me pide nada.

Una vez, una vez me pidió que peinara a su hija de cinco años.

Yo no sé qué es un agente de ventas. Pero siempre tiene que estar bien vestido. Digamos que tú tienes un producto y tienes que averiguar cuál es el mercado de ese producto, él va y te enseña el mercado. Consigue un comprador. Todos felices.

No me interesa. Amo su forma de vestir. A veces, en las tardes, se pone a jugar con su hija pequeña. Se llama Lalie. Una extraña mezcla entre Natalie, la bruja de su esposa, y Leonardo, cariñosamente apodado Leo por sus amigos y su novia que aún no conoce.

Yo.

Bueno, es un enamoramiento platónico. Sé que nunca pasará y soñar no me cuesta nada. Es mejor enamorarse de un hombre exitoso que de un moscoso púber. Eso pienso.

Papá se parquea en frente de nuestra casa, y cuando salgo trato de disimular y miro hacia donde él de nuevo. No esta. Entró a su casa.

Cojo mi mochila y entro a la casa. Mamá está sentada en la sala mientras lee la Biblia y papá se quita el saco. Voy a la cocina y tomo mucha agua, porque estaba muriendo de sed. Bebí lo suficiente como para no tener que comer nada, porque mi estómago lleno de gases se completó al llenarlo de líquido sin sabor.

Esta tenso el aire. Siempre es así. Hablo de que no se saludan a veces como deberían y todo es incómodo, siempre me siento en medio del embrollo. A papá no le gusta la comida fría, tampoco le gusta que la calienten y eso es muy complicado para mamá con su agenda.

No les dije, mi papá es abogado. Me busca todos los días después del colegio, y si tiene que hacer algo en el Tribunal, me lleva. Mi mamá dice que es demasiado para mi edad. No lo sé, es más, que va... ahí puedo ver a mucha gente ensacada y con camisas largas...

Secretos en el VecindarioTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang