Capítulo 11

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Capítulo 11

Hoy es viernes y Meison me ha pedido una cita. Estoy súper emocionada para llegue esta tarde. Mi corazón palpita cada vez más fuerte. Quiero que llegue esta tarde para verlo y saber lo que quiere. Sigo mirándome en el espejo para saber que me pongo. Me he sorprendido de que me haya pedido pero, lo quería tanto que… bueno no sé. Mientras quién está leyendo estoque sepa que no me gusta Meison y que no hablo constantemente de él.

Estoy en el bar con mi vestuario muy apropiado para el plan "Meison". Cuando me estaba mirando sus ojos estaban sorprendidos. Llevo algo no muy típico de mí: una falda vaquera corta, una camiseta larga que pone unas letras en latín que significan "La llamarada de fuego" y un accesorio no muy común en mí en el pelo una flor similar a una hawaiana que es azul. Era la preferida de mi antepasada Sara y no me extraña, es preciosa. Mientras comemos me percato de algo, esta esas dos chicas que vi abrazando a mi Meison. Me miran fijamente, a veces parece como si escuchara lo que están diciendo. Mi cara fue muy exagerada, tanto que Meison me empezó a preguntar cosas:

-Sandra, ¿estás bien?

-Claro. ¿No lo parezco?

-Bueno…-dijo entre risas-Estás más… cambiada. Una curiosidad, ¿por qué te llaman fuego?

-Bueno… No es muy importante. Es porque… mi hermano me llamaba así de pequeña. ¿Por qué te mudaste aquí? No sé mucho y no se sabe nada sobre tu procedencia, por así decirlo.

-Bueno… No creo que pueda contarlo. Pero, ¡anda! Pero si son Marina y Susana. Susana es la del colgante que pone "Laura" y Marina la de su lado.

-¿Quiénes?

-Mis… hermanastras

-¡Ah! Bueno… Habíamos quedado para que me dijeras algo. Pues dímelo.

-Alguien quiere matarte, pero te quiere.

-¿Qué? Que alguien quiere matarme me lo imaginaba pero, que ¿me quiere? Te lo estás inventando.

-Bueno, pues es cierto.-dijo una voz a mi espalda, me giré y era Susana-Lo he visto.

-No te creo-dije yo confusa-. ¿Acaso ves el futuro o algo así?

-Ella no-respondió Marina-. Las dos juntas vemos el futuro y cosas así.

-No soy tonta. No me lo creo.

-Bueno pues si no nos crees-dijo Claire-, ¿cómo sabemos que lo vas a ver en tu casa?

-No creo que lo sepáis.

-Vas a ver a tus padres pensativos y hablando de lo que va a suceder el lunes.

-No os creo. Me voy. Adiós Meison, nos veremos el lunes.

Me levanté y disponía a salir por la puerta, cuando se levantó y dijo:

-No te vayas, créenos. Es la verdad.

-No os creo. No me dices que es lo que sabes pero, sí cosas sin sentido. Me voy.

Abrí la puerta y me fui a mi casa. Quería pensar por lo que me fui por el camino más largo para ir a mi casa, por el bosque. Mis pensamientos están en los últimos ocho días. Me había salvado, me trataba muy bien y no sé. Dios, porque estuve tan ciega. Llegué hasta la costa, un enorme barranco daba a ella. Mirando el horizonte, el aire empezó a ondear mi morena melena y cerré los ojos intentando aclararme las ideas. Cuando los abrí, contemplé mi collar. Años de herencia familiar por ese colgante de enamorados y yo ahora lo estaba contemplando. Después de años y años de historias familiares, que se han ido pasando de generación en generación. Cada uno lo ha tenido su propia historia pero, el amor es difícil y nadie quiere decir cuál es el secreto para no sufrir con él. Miré mi reloj y vi que era muy tarde, me dirigí corriendo a mi casa. Cuando llegué a casa mis padres estaban hablando:

-Cariño,-empezó mi padre-no podemos hacerles esto.

-Pues cuando volvamos de la reunión y llegué Júpiter a casa se lo diremos a los dos. No le llames cariño porque esto es serio.

Cuando escuché la conversación, corrí a refugiarme a mi cuarto. Me secaba mis llorosos ojos, mis padres se van a divorciar.

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Un gran afecto, Anita97

El amor más allá de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora