15. Unos cuatro imbéciles.

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Me fui hecha furia a mi casillero. Una chica al parecer llegó así a su casillero. Su casillero estaba al lado del mío. Abrimos nuestros casilleros al mismo tiempo. Sacamos unos libros y cerramos de un portazo los casilleros, todo al mismo tiempo. Nos miramos y dijimos al unísono:
-Hola.

-¿Por qué estás furiosa?- Dijo mirándome.

Wow. Qué social es. Ella tenía los ojos de color celeste, muy lindos, y su cabello era castaño. Al parecer tenía como unos... 17 o 18 años.

-¿Por qué estás furiosa?- Preguntó mirándome.

Suspiré y le respondí:

-Me peleé con mi novio que ya no lo es... Es raro. Ahora estamos "Saliendo".- Dije haciendo comillas con mis dedos.- ¿Y tú?

-Peleé con el amigo de mi hermano. Me dijo unas palabras muy feas y solo porque hablé con un chico.-Dijo negando con la cabeza.

-Creo que está celoso.- Supuse.

-¿Celoso? ¿De qué? Si no somos nada.- Dijo encogiéndose de hombros.

Y esa fue nuestra tan corta y rara conversación ya que los parlantes que están en el techo de la escuela, comenzaron a sonar. Mónica, la directora, comenzó a hablar.

-Queridos alumnos. Espero que hayan tenido una buena mañana este día. Bien, les quiero informar que luego de las tres semanas de vacaciones de invierno, según el alcalde de Los Ángeles, los alumnos que asistan a esta escuela deberán usar uniformes. Éstos se venderán en la tienda donde se venden uniformes de escuelas del centro comercial que queda a unas cuadras de aquí. O también se pueden comprar aquí mismo en el auditorio de la escuela...- Comenzó a decir la directora... Esperen. ¿¡QUÉ!? ¿¿¡¡UNIFORMES!!??

Debe haber algún error en alguna parte. He estado trece años en esta escuela y en esos trece años... ¡Jamás mencionaron uniformes!

Iré a hablar ahora mismo con Mónica. Si yo le digo algo, quizás anule la regla de los uniformes. Es decir, ella me ama.

Dejé a la muy social chica con la que hablé hace unos segundos escuchando a la directora.

Llegué a la dirección y entré como si nada. Llegué a la oficina de Mónica. Ella estaba revisando unos papeles en una carpeta. Ella nota mi presciencia y me mira.

-Por favor necesito que anules la regla de los uniformes.

-Lo siento, Kim. Pero esto que estoy viendo son las reglas sobre los uniformes que me mandaron los secretarios del alcalde, y no puedo hacer nada. Si pudiera haría en poner una regla de usar el uniforme como uno quiera, pero tampoco puedo.

-¿Pero qué pasa si lo haces igual? No creo que sea tan grave romper una regla absurda sobre uniformes.- Dije riendo entre dientes.

-Si no hago lo que dice aquí, debo pagar tres millones y quinientos dólares.

-¿Y? Digo, eso no es problema para una escuela millonaria.

-Ese dinero lo usaremos para las graduaciones de último año. Además, los uniformes no son tan malos.

-He estado trece años en esta escuela y jamás nadie habló sobre uniformes.

-Lo siento. Créeme que a mí tampoco me gusta esta idea del alcalde. El alcalde buscó las tres escuelas más costosas de Los Ángeles para aplicar la norma de los uniformes. Y entre esas escuelas, está esta.

-¿Y al menos un día podemos venir con ropa casual?- Pregunto. Al menos esa posibilidad debe haber. Mónica niega con la cabeza. Gruño.- Bien. Ya entendí. Uniformes de por vida.

El Hermano De Mi Amiga. [AC#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora