Soy un dios en el mundo primitivo (BL)

113. El primer lote de comida de invierno.

Después de otros dos días de intenso trabajo, se han construido casi cuarenta casas en el campo. Sin embargo, la casa aún no está terminada, porque además de la estructura externa general y la chimenea, las ventanas, puertas, tabiques interiores, fogón y muro cortafuegos aún no se han completado.

Qin Fei dejó de supervisar la construcción posterior de la casa en los últimos dos días y dejó toda la reparación de la casa a Sarai. Él y el padre Lunval se concentraron en estudiar la construcción de fogones, muros cortafuegos y estufas.

Después de algunas discusiones, se decidió realizar experimentos en tres casas grandes que ya se habían construido. Primero, Qin Fei esbozó el plano de la casa en la arena y luego estudió varios diseños razonables con el padre Lunva. Finalmente, estos patrones determinados fueron delineados en la piel del animal con tiras de carbón y preservados. El siguiente paso es dividir el interior de la casa según los dibujos y construir fogatas, estufas, muros cortafuegos y otras cosas necesarias.

Ha sido otro día ajetreado. Debido al intenso trabajo físico reciente, Qin Fei no podía esperar para volver a la casa de bambú y quedarse dormido por la noche. Sarai todavía estaba muy enérgica, pero al ver la mirada cansada de Qin Fei, era inevitable que él también sintiera dolor. A pesar de que estaba lleno de deseo y quería tener relaciones sexuales, no podía soportar levantar a Qin Fei y arrojarla.

Por supuesto, Qin Fei sintió la consideración de Sarei, pero estaba demasiado cansado en los últimos días. Quería hacer algunas estufas pequeñas para Sarei, pero no podía gastar energía. Solo podía esperar que la casa se construyera como tal. lo antes posible, para que los dos pudieran pasar un buen rato juntos.

Al cuarto día, Dios, que estaba muy orgulloso de mí, de repente se volvió contra mí. Llovió sin parar desde primera hora de la mañana. Afortunadamente, todo el mundo estaba preparado con antelación. Las casas terminadas sin puertas ni ventanas estaban cubiertas con cortezas de árboles resbaladizas y también había zanjas para el drenaje. En cuanto a los cimientos recién excavados, se adoptó la estrategia de cubrirlos con un cobertizo en la parte superior y presas de tierra y zanjas en la parte inferior para protegerlos, de modo que no entrara agua.

Qin Fei finalmente tomó una siesta y otros miembros del clan también recibieron el aviso de suspensión temporal del trabajo, y la mayoría de ellos disfrutaban de su raro tiempo libre en la casa de bambú. Pero a veces las personas están acostumbradas a estar ocupadas y, una vez libres, todavía se sienten un poco incómodas. Después de dar vueltas y vueltas varias veces, Qin Fei finalmente decidió levantarse y ver qué estaba haciendo Sarei, que había estado desaparecida toda la mañana.

Después de comer algo apresuradamente, Qin Fei miró por la ventana. La lluvia era un poco más ligera en ese momento y se podía ver vagamente un gran toldo no muy lejos. En el cobertizo había una hoguera y figuras en movimiento. Qin Fei solo estaba pensando en encontrar algo para protegerse de la lluvia, así que corrió hacia el refugio contra la lluvia y miró un trozo de corteza de árbol resbaladiza colocada en la puerta de la casa de bambú. No hay necesidad de adivinar, sabía que Sare se lo había preparado y el corazón de Qin Fei de repente burbujeó de belleza.

Qin Fei se acercó, puso la corteza del árbol resbaladizo sobre su cuerpo y se cubrió la cabeza, abrió la puerta de la casa de bambú y se dirigió directamente al refugio contra la lluvia.

Había muchos hombres y mujeres sentados en el cobertizo, y todos reían y bromeaban. Un día así con mucha comida y ocio es realmente raro y todos están muy felices. Al ver entrar a Qin Fei, todos lo saludaron con entusiasmo y Qin Fei respondió con una sonrisa. Varias mujeres le pidieron a Qin Fei que viniera y se sentara. Qin Fei miró a su alrededor y no vio a Sarai, por lo que preguntó casualmente.