Capítulo 20

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Max

Aún me encontraba afuera, mi mirada fija en el amanecer. No tenía idea de qué hacer ahora. Los chicos ya habían entrado al hospital, y los demás estaban por llegar; incluso llamaron para avisar que venían en camino. Pero yo seguía afuera, perdido en mis pensamientos. Mi mejor amigo lo sabía todo, y era en él en quien más confiaba. Observaba a todos movilizarse fuera del hospital, pero yo no me movía. Ni siquiera me levanté cuando se acercó William. Era el último que esperaba. Apenas habíamos hablado durante la anterior temporada, y pensé que simplemente se sentaría a descansar y me ignoraría. Pero no, quería informarme que el bebé estaba en el área neonatal, por si quería ir a verlo. También me dijo que Checo aún no despertaba, por si eso me preocupaba. Pero, sinceramente, aún no asimilaba todo. Mis pensamientos eran un torbellino. Aun así, me levanté y simplemente lo seguí.

Cuando llegamos al lado del cuarto neonatal, le pidió a la enfermera que me dejara pasar. El bebé estaba aparte de los demás, en otra sala. Estaba en una incubadora, pequeño y precioso, con pequeñas pelusas rubias cubriendo su cabecita. Estaba durmiendo, no podía ver sus ojos, pero no me sorprendería que fueran azules, como los de mi familia. Esperaba que también tuviera las pecas de Checo. A pesar de que no me había dicho una palabra sobre mi hijo, quería una familia con él, pero para eso, tenía que solucionar las cosas con Kelly y con mi padre, por esta hermosa criatura, por mi hijo, mi lindo bebé. Estaba fijo mirándolo, y noté que empezó a despertar y a mover su cuerpecito, por instinto, metí mi dedo por la incubadora, sentí cómo lo agarraba. Sus pequeños ojos estaban tratando de abrirse. Era parte de mí y de la persona que amaba, me había perdido el embarazo, pero me niego a perderme más etapas, menos por mi padre. Ni Checo me alejará de él.

Estaba concentrado mirando su pequeña cara cuando abrieron la puerta de la sala. Asusté a Jules, que arrugó su carita, pero no soltó llanto. Lo agradecía, porque tenía que hablar con la persona que entraba. Me miraba, asumiendo que ya sabía la verdad, se notaba resignado. Iba a soltar algunos reclamos, pero no alcancé a abrir la boca.

Carlos me contó que te habías enterado de todo, sé que no era la forma de hacerlo, pero venía a ver a mi hijo ahora. Aguantare tus reclamos cuando salgamos de la habitación. ¿Podrías esperarme afuera?- me preguntó. Quiero un momento a solas con mi bebé- solo asentí y salí. No creía que demorara mucho tiempo. De todas formas, esperaría eternamente si fuera necesario. Necesitábamos aclarar todo. Éramos padres ahora, no podíamos seguir así.

Apenas salió, me pidió que le empujara la silla de ruedas hasta el ascensor. Él marcó el último piso, el de la terraza, imagino que no quería ir a su habitación, aunque todavía se veía agotado. No debe ser fácil un parto.

Sentí la brisa fresca del último piso, agradeciendo que estuviéramos en primavera aquí en España y no en invierno. Si no, le diría a Checo que habláramos en otro lugar, menos mal que algo abrigaba el poco sol de la mañana.

No pude apreciar el paisaje que daban las alturas del hospital. Checo empezó a hablar apenas salimos del ascensor. De todas formas, no quería alargar el tiempo de espera de la conversación.

—Sé que te mentimos, y estuvo mal —empezó—. No tenía derecho a quitarte la etapa de embarazo de Jules. Te juro que pensaba decirte al inicio, pasó por mi mente que fueras parte de ello, pero estabas comenzando tu relación con Kelly y me habías dicho que no estabas listo para presentarte ante mis hijos. Imagínate, ¿te decía que íbamos a ser padres? No quería obligarte a nada. Fui cobarde, lo sé, al menos al inicio de esto —trataba de entenderlo, realmente lo hacía, pero dolía. Iba a hablar, pero se notaba que necesitaba decir más, así que pacientemente esperé. Mi ira en este punto estaba drenándose—. Después tu padre y sus malos comentarios me terminaron de convencer de que estaba bien lo que hacía. En el fondo, sabía que no lo estaba, pero tenía miedo, tu padre, siento decir esto, pero es un bastardo. Un bastardo que quiero fuera de la vida de Jules. Le puede hacer daño, y no lo voy a permitir, Max. Es en lo único que me hace estar tranquilo con lo que hice, porque no está bien psicológicamente Jos. Eso es todo lo que te puedo decir. No tengo más razones que estas, pero que quede claro que no estuvo bien, aunque realmente no me arrepiento. Es algo que debes saber.

Tú, hiciste estoWhere stories live. Discover now