Capítulo 8

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Max

Después de arreglar un poco la habitación para que los de la limpieza no tuvieran tanto trabajo, me dirigí a la casa de mi padre, ni siquiera alcance a tocar cuando el asomo por la puerta, se hizo un lado para que pasara y eso hice pero no lo salude, adentro en la sala había una chica supongo que mi falsa novia, me senté frente a ella y me di cuenta que era Kelly Piquet, la ex novia de un compañero de Toro Rosso e hija de campeón mundial Nelson Piquet, nos saludamos y esperamos a que llegara mi padre.

-Bueno como ya se conocen me evito las presentaciones, como ya saben anunciaran el noviazgo después de Singapur, los dejo para que conversen, iré a tomar algo- Dijo eso y simplemente de fue

-Mira Max sé que no querías esto, ni yo tampoco siendo sincera, pero no tengo muchas opciones estoy perdiendo algunos tratos laborales por culpa de la acusación racista en contra de mi padre por esto necesito esta relación, meramente por trabajo, no busco amor ni nada, solo respeto por mí y por mi hija porque tendrás que convivir con ella - Me aclaro

-Si lo entiendo, yo espero que las cosas sigan de esta forma solo como un contrato, hago esto solo para no arruinarle la carrera a mi novio, próximamente ex novio- Solté con pesar

- Lamento tu situación, pero no quiero polémicas en nuestra relación, nada de infidelidades públicas, ni nada por el estilo

- Si lo mismo espero

- Bueno ya que está todo aclarado me voy, nos vemos en singapur- Apenas se fue regresó mi padre asegurándome que esto es lo mejor que me podría pasar, era desagradable escucharlo, pero tenía que aguantarlo.

- Voy a irme a Monza antes de lo previsto, así preparó el cómo terminar con checo - le dije, vi que puso mala cara, pero asintió.

-No se ni porque estas con el se nota que el mexicano ese se está aprovechando de ti, va a ser como en Mónaco donde chocó a propósito para ganar - No soporte seguir escuchando y me fui.

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Me quede un día más en el hotel en países bajos, no tenía valentía de ver a checo aun pero ya estábamos a martes y tenía que viajar.

Llegue a Monza en la madrugada del miércoles, tenía asumido que dormiría poco para las actividades al día siguiente. Con checo nos reencontramos ese mismo día en la tarde, se veía cansado después de la actividades, sé que a él no le gusta mucho estar frente a la cámara, cuando ya no había nadie alrededor, me acerque a él y le di un suave y necesitado beso, cuando nos separamos agarro mi mano y me guio a la van que nos llevaría al hotel, en este punto estaba olvidando que tenía que terminar con él en cuatro días y era mejor, así podría disfrutar el poco tiempo que nos quedaba

En la habitación checo cocino lo único que le enseño carola en México, pasta, se veía tierno tan concentrado moviéndose en la cocina para que nada se le quemara, cuando termino puse la mesa y probamos, estaba delicioso, no esperaba que realmente estuviera rica, hasta él se sorprendió con el sabor.

-Max estaba pensando que viajáramos el lunes por la tarde a Madrid, Carola me aviso que estaría ahí con los niños, así se nos haría más fácil el viaje, y ya después a Singapur- Me comentaba, y solo yo sabía que eso no llegaría, dolía porque se veía ilusionado de presentarme ante sus hijos, y yo destruiría eso.

- Sí me parece bien, ¿lunes como las 3 de la tarde? – pregunte y asintió, era una buena hora para que el viajara después de lo que le iba hacer, necesitaría de su familia y amigos - Oye te parece viajamos con Carlos igual, quizás quiera ir a ver a su familia a Madrid

- Le voy a preguntar así vamos en un solo avión, ¿el tuyo o el mío? - me pregunto.

- El tuyo, el mío le están haciendo mantención y se demoran un poco- me sentía tan mal mintiéndole, pero no tengo opciones.

- Carlos me acaba de responder, dice que justo estaba pensado en ir a ver a su familia estos días y feliz viaja con nosotros mientras no lo hagamos tercera rueda - me dijo riendo

- Dile que es difícil, pero lo intentaremos- finalmente hable, vi a checo concentrarse en su teléfono así que me levante a recoger la mesa y limpiar, cuando lo hice checo se ofreció ayudarme, pero me negué y le dije que se fuera acostar, que en un momento iría yo.

Los días siguientes pasaron demasiado rápido, más de lo que quisiera, ya era el día de la carrera y estaba nervioso, aun no tenía claro cómo finalizar todo con checo sin herirlo demasiado, pero creo que me estoy rindiendo con eso, siempre lo dañare no importa la forma.

La carrera fue su regreso al podio y nada menos que el 1-2 para Red Bull, se le ve feliz, ambos recibimos las felicitaciones del equipo y era hora de ir al hotel a descansar, porque más tarde Lando había convencido a checo de salir a un club a celebrar que por desgracia eso me quitaba tiempo con él.

Salimos juntos del hotel al club, era bastante privado por lo que me dio algo de ventaja para estar cerca de él ya que muchos hombres y mujeres lo miraban, estaba celoso no iba a negarlo, me acerque donde estaba bailando, solo para apartar a los ofrecidos.

-Checo, podrías dejar de sonreírle a todos los que se te acercan creen que tienen oportunidad contigo- le susurré al oído, giro su cabeza en mi dirección y río.

- Max, ¿estás celoso?

-Como no tienes idea amor- le dije aún más pegado a su oído, mientras agarraba su cintura, escuché un jadeo de su parte y me perdí, me quería llevar a checo a cuestas como los cavernícolas, pero solo me limite acercarme a su cuello y besarlo.

- Max, ¿porque no vamos al baño? - pensé que me diría al hotel, pero no estaba en condiciones de contradecirlo.

- Como gustes mijn liefde- Le agarre la mano y nos movimos entre la gente hasta llegar al baño, al menos estaba vacío, así que asegure la puerta principal esperando que en el tiempo que estemos adentro a nadie se le ocurra tocar, con eso pegue a checo a la pared y sentí cuando enredo sus piernas en mi cintura, los besos que nos dábamos eran necesitados, enredamos nuestras lenguas en cada uno de ellos, habíamos estado más de un mes sin sexo por culpa de las vacaciones y mi familia.

Para mayor comodidad baje a checo y le pedí que apoyara sus manos en los lavabos, mientras devoraba su cuello, nos podíamos ver en el espejo, le ayude a sacarse la camisa mientras seguía trazando un camino de besos entre su cuello y clavículas, mientras soltaba gemidos me desabroche el pantalón y el de él, trate de prepararlo lo mejor posible con mis dedos pero escuchar sus gemidos me hizo perder la razón y solo entre con una fuerte estocada, y como siempre estaba demasiado apretado, espere a que se acostumbrara pero él mismo me animo a que empezara a moverme, la escena que tenia de él no se comparaba con nada, podíamos vernos en el espejo follar, pude distinguir como apretaba sus labios, se notaba que estaba por llegar al orgasmo, así que decidí morderle toda la zona de la clavícula para que se quedaran mis marcas al menos unos días en él, sentí de un momento a otro como apretaba más era por el orgasmo que estaba teniendo, lo embestí más fuerte para que venirme junto con él, solté todo mi semen en su interior y salí de él. Mis fluidos corrían por sus piernas, la vista era preciosa, porque él era un desastre, su pelo completamente despeinado, su cuello lleno de marcas, la mejor imagen y solo era mía.

-Max dejamos el desastre acá- y tenía razón había rastro de sus fluidos en el piso y en los lavabos, así que limpiamos lo más rápido posible y lo mejor que pudimos, a checo le dio un poco de vergüenza salir y regresar a la fiesta, así que le dije que simplemente nos fuéramos al hotel, a continuar, se puso colorado, pero asintió.

Al salir de baño no había demasiada gente así que se nos hizo más fácil escapara de nuestros amigos, cuando llegamos al hotel nos fuimos a su cuarto, repetimos 2 o 3 veces más hasta que checo se durmió, ahora venía lo más duro que tenía que hacer, dejarlo y no me daba la valentía para hacerlo frente a frente, le escribiría una nota que sé que lo destruiría, pero prefería eso a que perdiera su carrera de más de 10 años de esfuerzo por mí. Había preparado el día antes el vuelo hacia Mónaco, tenía solo 3 horas antes de que checo despertara, porque ya eran las cinco de la madrugada, le escribí la nota más larga que había hecho en mi vida se la deje sobre la mesita de centro y lo abandone, con el corazón destrozado pero trataba de consolarme a mí mismo qué era lo mejor.

Tú, hiciste estoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora