Capítulo Veinticuatro

26 5 5
                                    

Kiara

Mi vida ha estado rodeada de amor y no hablo del amor parental, porque de ese me falta, si no del amor fraternal. He tenido muy pocos amigos, pero los que tengo valen oro.

Todo pasa por algo, bueno o malo te deja una enseñanza.

Las personas son como hojas, crecen llenas de brillo y luz, soportando torrenciales lluvias, tormentas y relámpagos- representan las dificultades de la vida -sirviendo de oxígeno para la humanidad. Con el paso del tiempo van perdiendo el brillo hasta convertirse en una hoja seca.

Débil eres tumbada al suelo por el viento, donde te pisotean, olvidando quien brindó el oxígeno que tanto necesitaban para vivir, olvidando quien los mantuvo vivo.

Es una reflexión estúpida, lo sé, pero mi mente no para de divagar.

Jess, Justin y ahora Liam son parte de mi reducido círculo de amigos, cada uno enseñándome una nueva lección.

Jess me enseñó a ser más positiva, canalizar mis problemas en actividades y salir de la rutina. Es una loca sin remedio, arrastrándome con ella en sus desastres.

Justin, su hermano mayor y también uno para mi me enseño ¡Defensa personal! Es todo un crack en artes marciales, le rogué sin descanso que fuera mi maestro, obvio nuestros padres no estaban de acuerdo pese a eso lo hicimos a escondidas. Puedo decir que sus técnicas me han sacado de apuros, sonrió, viéndolo agarrar de las manos a su prometida.

El sacerdote comienza hablar. Los invitados permanecen en sus asientos, mirando a la pareja con ternura, mi amiga a mi costado sorbe su nariz, lágrimas manchando sus mejillas.

Tiene puesto un lindo vestido rosado pastel con un lazo plateado alrededor, un moño alto trenzado y rosas rojas. Sus padres, unas sillas mas atrás, se muestran igual de nostálgicos que su hija.

—¿Cuándo creció tan rápido? Nuestro hijo ya es todo un hombre —escuche decir a su mamá.

Fue inevitable no soltar un par de lágrimas también. Su boda fue sencilla y tradicional, en el jardín de la casa de campo de la familia, la decoración fue basada en colores cálidos, pétalos en el suelo, largas mesas con manteles y utensilios para cada comida, en el centro una fuente de agua y pista de baile.

Eran dos espacios, uno para la ceremonia y otro para la fiesta. Al terminar la primera nos dirigimos al segundo, sujetando el borde de mi vestido y los tacones en mano. Una enorme mesa de regalo estaba justo en la salida.

Habían contratado una agencia encargada no solo de la decoración, si no también de la luna de miel, comida, vestidos y trajes para los novios , dama y hombre de honor.

En la entrada, un lindo arco de rosas blancas da la bienvenida, al lado una pequeña mesita con bolígrafo y un libro de invitados. Se estableció un mensaje por invitado y acabé escribiendo cinco.

Los padres de Jess y Justin me dieron el amor y apoyo que tanto necesite en la pubertad, su madre me explicó que era la menstruación cuando me llegó por primera vez, los cambios en mi cuerpo y las relaciones sexuales. Escucho mis inquietudes. Su esposo me convirtió en su asistente en los juegos de golf los domingo.

Me hicieron parte de su familia sin yo pedirlo. Ahora tengo dos: mi familia sanguínea y de crianza.

Solo espero que el bebé que viene en camino nunca sufra como yo, que él sí cuente con el amor que tanto yo desee.

—¡Justin! ¡Felicidades! —lo abrazo, eyl ríe, envolviendo sus brazos en mi cintura. Jess aumenta el llanto.

—Viniste, wow, Kiara. Si que has crecido —elogia, retrocediendo un paso. —La última vez que te vi eras una pulga.

—No te burles.

Es idéntico a su hermana, rubio, ojos verdes y pecas, solo que Justin tiene las cejas más oscuras y la nariz más grande, después de eso son dos gotas de agua.

Mo lo veía desde hacía varios años, por eso me sorprendí al recibir su invitación a la boda.

Entablamos una charla sobre el rumbo de nuestras vidas desde entonces, me presenta a su ahora esposa, una bella mujer griega. Relatan la historia de cómo se conocieron y enamoraron, robándose los suspiros del público.

Cuando llega la hora de tirar el ramo de flores, Jess se hace paso entre todas. Me parto de risa al verla quitarse las zapatillas y lanzarse sobre una pobre chica, finalmente atrapa el ramo, victoriosa se tira una foto con él y se la envía a Liam.

—Siguiente boda: la mía.— Justin aparece a sus espaldas.

—¿Qué dijiste? 

—Nada—apresuró a decir. Muerdo mi labio inferior, tratando de no estallar a carcajadas.

—¿Estás saliendo con alguien?

—¿¡Yo!? ¿Cómo crees? Claro que no. No, no, no,... sí

Justin se sujeta el puente de la nariz, Janelin ríe.

—¿Papá lo sabe? -preguntó.

—Mamá, sí, papá es otro tema.— Un camarero que pasaba por allí se detiene y nos da bocadillos de atún. —... Pero no te enojes, ¡Kiara también tiene novio! Reclamale a ella.

—¡Jess! Qué chismosa.

El rubio abre los ojos con sorpresa, su esposa contempla la escena con gracia.

—Me descuido dos años y consiguen novios, qué maravilla.

—No tienes derecho a reprochar. ¡Te casaste!

—Es cierto -apoya Jess, comiendo.

Irritado olvida el tema y regresa a saludar a los invitados, Janelin guiña el ojo en nuestra dirección antes de seguirlo. Se ha cambiado por un vestido corto y cómodo a comparación del anterior, Jess engulle todo lo que puede, sus padres también se acercan abrazándome y besando mis mejillas.

La señora Brown dice lo hermosa que estoy, digo lo mismo y agradezco por dejarme venir con ellos en su yet privado. Es día de semana, se supone que deberíamos estar en clases pero faltamos en motivo de la celebración.

Fue complicado convencer a mis padres, mas los señores Brown hablaron con ellos, convenciendolos de que estaría en buenas manos y que el director Park lo entendería, aunque a este solo le importará las grandes sumas de dinero que mis padres le depositan cada mes.

Aiden tampoco quiso dejarme ir, alegando lo mucho que me extrañaría, lo tilde de exagerado porque solo sería un día. Cloud seguía pasando de mí.

Tres largas horas de vuelo para venir y tres más de regreso.

—Vamos a bailar. —Propuso la rubia, acepté, siguiéndola hasta la pista de baile. Las horas fueron pasando y sin darme cuenta los señores Brown indicaron que hora de irnos, Jess estaba algo cansada por lo que la ayude a subir.

La fiesta llegó a su fin, nos despedimos de los novios prometiendo volver a vernos y presentarle a nuestras parejas. Su luna de miel sería en un crucero por Europa todo incluido, sus maletas ya subidas al maletero y las típicas latas amarradas atrás.

Nos despedimos con la mano.

Ya montados en el yet de retorno, a mitad del vuelo todos se encontraban durmiendo menos yo. Sin nada que hacer más que observar el oscuro cielo, detalle el interior del avión.

—Aquí cabina de control, atención, pronto llegaremos a la próxima estación. — Canturreo Jess la canción de Junior Express sobre el sillón de cuero.

Después de eso me dormí.

----

¡Hello!

Cambio de nombre y portada de libro, señores, ya no es: UN 14 DE FEBRERO, si no: CARTAS EN FEBRERO 💌✨

Y otra cosita, lo he notado y es que muchos de ustedes son lectores fantasmas ://, voten y comenten ¡Sin miedo! Es rápido y fácil, además me ayudan como escritora en la plataforma.

¡Voten!

Hermosa portada hecha por: Amalia_K7 💗💫 mil gracias, linda.

Cartas En Febrero ©Where stories live. Discover now