Sueños vividos y identidad

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— ¿Tienes palomitas?— pregunté para aligerar el ambiente.

— Si, puedes tomar algunas en la cocina. También hay golosinas— menciono

— Bien ahora vuelvo. — me levanté del asiento. Mientras él me seguía en todo momento con la vista.

Tomé muchas cosas en la alacena y me preparé algunas palomitas.

— No estás cargando demasiado.— Daniel se encontraba tras de mí.

— Solo me gustan los chuches— dije mientras giraba.

— ¿Eso maní ? sabes que no puedes comerlo.

— ¿No puedo?

— Acaso quieres terminar en un hospital. — dijo enojado — si te resulta difícil mantenerte a mi lado solo apártate. Tu nerviosismo puede causar accidentes.

— Perdón no me di cuenta— le dije. Tengo alergias al maní. Entonces es muy probable que sea cierto. Me quedé absorto en mis pensamientos.

— ¡Luna reacciona!— me llamó la atención.— será mejor dejar la película para otro momento.

— Pero ya habíamos preparado todo, no sería un desperdicio.— Se quedó mirando mi rostro.

— Yo elegiré los dulces.— menciono como si no tuviera más remedio.

— ¿Como se llama la película?

— "A ti que vienes de otro universo"

— ¿Es de aliens? — pregunté. Nunca escuché sobre una película llamada así en mi otro mundo. Bueno la verdad había visto otros libros Y aunque todos los países tenían el mismo nombre y habían transcurrido las mismas guerras los libros eran diferentes.

— Si, es una película ambientada en el espacio. Según el argumento un chico astronauta se enamora de un ser que proviene de otro espacio.

— ¿Casi siempre es diferente? La chica es la que se enamora.

— No veo fallos en tu lógica.

La película era muy entretenida. Pero este ser fue tratado  diferente al descubrir que no pertenecía a la Tierra incluso el le hizo sufrir por ser diferente. Me hizo preguntarme que pasaría si descubrieran que yo no era la verdadera Luna. Una lágrima rodó por mis ojos.

— Tranquila solo es una película— dijo Daniel mientras secaba la la lágrima con su mano.

— Es muy triste— intenté calmarme.

— El amor puede ser doloroso, pero sigue siendo amor. Será mejor apagar la película y vayamos a descansar. No quiero que mañana tengas los ojos hinchados.

                        ***

— ¿Mamá, papá donde vamos?— la pequeña pregunta muy curiosa y juguetona.

— Recuerdas que te prometimos ver el mar. Bueno, papá y mamá hicimos un tiempo y por tu cumpleaños iremos a verlo.— una mujer de cabello negro se dirige a la niña.

—  ¿De verdad?.— está luce muy contenta.—Mami y papi son los mejores.

Este sueño. ¿Porque es tan vivido? No puedo moverme.

    Un tiempo después...

— Maxell cariño, no mires tu teléfono mientras conduces.— la mujer se dirige a su esposo.

— No comiences, es importante.— le responde sin prestar atención.

— Pero es el cumpleaños de Luna.— le recuerda.

— Sabes que es importante, además ella está durmiendo. Solo será un segundo.— intenta justificarse

— Solo un segundo, eso dices siempre.— le regaña.

— Lina, detente.  No volveremos a hablar de este tema.— se enfurece y alza la voz

— Mamá, papá que sucede.— la niña despierta por el ruido

— No es nada cariño sigue durmiendo. —El padre intenta calmarla para que vuelva a dormir mientras da la vuelta en su asiento con la mano en el volante.

— Max el camino!— grita para llama la atención asustada

El miedo podía verse en sus ojos. Como un aviso de que aquel viaje no tenía regreso.

El auto sabe por un precipicio tan rápido. Sin dar tiempo a decir últimas palabras. Solo un te amo de la madre hacia su hija que ella no llega a escuchar por el ruido del choque en el agua.

Mi cuerpo se sumerge en un intenso mar y vuelve a repetirse aquel sentimiento de afixia que he intentado enterar en el fondo de mi corazón después del incidente en la cascada. Comienzo a dudar en que me estoy convirtiendo. Sus recuerdos comenzaron a inundar mi cabeza. Poco a poco voy descubriendo cosas que no conocía y aquella tristeza que envolvía junto con Luna. Sus miedos, su obsesión, dolor, culpa, amor sentimientos tan fuertes que encuentro imposibles de sobrellevar. Noches y noches interminables de llantos y dolor por la pérdida. Ahora no era solo Hanna la chica que estaba en su cuerpo, sino me había funcionado con ella.

— Hola Hanna, quise conocerte desde el momento en que te vi— Luna me hablaba. Era mi propio reflejo y definitivamente estaba en mi mente.

— ¿A qué te refieres?— su

— No tengo mucho tiempo, solo puedo estar aquí hasta que ella lo permita.

— ¿Ella? —sonrió por mi pregunta como si fuera muy obvio

—Te agradezco mucho lo que has hecho. Ellos por fin serán feliz y yo también podré encontrar mi camino.

— ¿De que estás hablando?— todo era morboso y no comprendía nada de lo que estaba sucediendo.

— escucha todavía hay personas que quieren hacerte daño, y muchos secretos has de descubrir en este nuevo viaje. Ya nada de lo que hay aquí me detiene. Ahora tú eres Luna que verdadera Luna. Creo que esto ha sido suficiente. Adiós Hanna—desapareció.

Mi vida dentro de una novela romántica Where stories live. Discover now