Extra 2 - ¿Adeus?

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Ginger.

Me di la media vuelta queriendo abrazar a mi esposo, pero su lugar estaba vacío, abrí los ojos y me estire bostezando.  Me levanté de la cama y camine hasta la ducha para poder arreglarme.

Hoy era mi aniversario con Eros, estábamos cumpliendo cuatro años de casados.

Los años pasados el me había sorprendido con un grandes sorpresas y ahora yo anhelaba y deseaba sorprenderlo lo suficiente. Creía que podía hacerlo.

Al entrar a la cocina mire a mi esposo muy pálido mientras bebía demasiada agua, sonreí viendolo mientras me acercaba a él y ponía mis manos sobre sus hombros para inclinarme a darle un beso en la mejilla.

—¿Estás bien?

—Me siento del asco, Gin.

—¿Que te sucede?

—Tengo demasiadas náuseas, y ni hablar he vomitado demasiado.

Me acerque a él y toque su frente no tenía temperatura.

—No tienes fiebre.

—Quizás algo que comí me cayó mal.

—Puede. ¿Quieres desayunar?

—No.

—Deberías de comer algo o si no te hará más mal.

—Algo ligero Gin, no sabes lo horrible que me siento.

Eros estaba acostado en el sofá con una mano tapándose los ojos como si le molestará la luz que entraba por la ventana.

Al terminar de preparar el desayuno llame a las niñas que llegaron corriendo.

—¿Que tiene, papi? —Haven me preguntó, sus ojos avellanas se abrieron mucho, parecía preocupada. Hav era mi niña preocupona.

Sin embargo la pequeña Autumn corrió hasta el lado de su padre y le quitó la mano de la cara con demasiada brusquedad, Eros suspiro gruñendo.

—¿Que tenes, papi? —Autumn puso sus manitas en su cintura mientras lo miraba.

—Me siento mal, pequeña.

—¿Beshito, papi?

—Sí, un besito me haría sentir genial.

Autumn le dió un beso en la mejilla y se río cuando el beso su mejilla. Después corrió hasta nosotras.

Haven estaba sentada en la mesa mientras desayunaba con tranquilidad, Eros se acercó a nosotras mientras besaba la cabeza de Hav.

—¿Te sientes mal, papi?

—Sí, pequeña Hav.

Se sentó en la mesa y al momento que le entregué un poco de fruta y unos huevos con tocino al lado, él se levantó de inmediato.

No pude contenerme más y me reí, hace días me di cuenta que mi periodo no había llegado, no quería ilusionar a Eros ni a las niñas sobre un posible bebé, ayer justamente después de llevar a las niñas a la escuela aproveche para ir a realizarme unos estudios unos que me dieron ayer en la noche. La prueba había salido positivo, si no hubiera sido por el retraso de mi periodo quizás no me hubiera dado cuenta.

Había agradecido tanto que no estuviera sintiendo los síntomas del embarazo pero ahora me estaba dando cuenta que el pobre de mi esposo era el que los estaba sintiendo.

—Ahora vengo pequeñas, iré con papi.

Ambas asintieron, camine hasta la habitación el se encontraba terminando de lavarse los dientes, volví a besarle la mejilla.

Finge que me odias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora