Epílogo.

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Ginger.

Años después.

Entre a la casa con el pastel de cumpleaños mientras lo dejaba en una de las mesas y entraba a buscar a mis hijas.

—No gutah eto. —Autumn grito con ganas mientras Haven le mostraba una muñeca.

—Debes de espelal  que llegue mamá, bebé.

—Ño quelo. —Dijo tomando la muñeca y aventandola cerca de la cabeza de Haven.

—No hagas eso, pueles gopealte a ti y pueles gopealme a mí. —Haven parecía preocupada.

La niña miraba molesta a su hermana mayor mientras se acercaba a ella y le daba un pequeño golpe

—Ey, ey. ¿Que es lo que sucede aquí?

—Mami, ella me pegó, poque tilo una muñeca y le dije que polia gopease—Haven abrió mucho sus ojitos mientras la otra pequeña gruñía.

Ella para tener tres años era un terremoto, me quejaba de Haven a esa edad pero esta niña era el verdadero demonio en persona.

—No te quelo. —Ella gritó y su cara se puso roja de la furia.

—¡Autumn! —Dije. —No le digas eso a tu hermanita ella se pondrá muy triste, dile que la quieres.

—No quelo.

Suspiré y pase la mano por mi cabello.

—Oh, no. He escuchado que hay problemas en casa.

—¡Tío Nikolai! —Haven corrió hasta él y lo abrazó—Autumn dice que no me quiele. —Hav parecía que lloraría en cualquier momento.

Me acerque a Haven y me agache.

—Ella solo está enojada con todo mundo, mi vida, pero sabes que no es verdad, ella te quiere mucho.

Ella me miró como si desconfiara de mis palabras.

—Mami tiene razón. —Nikolai sonrió besando la mejilla de su sobrina mayor.

—Autumn —Gruñí al ver que tiraba una muñeca al suelo.

—No quiele hacel caso, mami.

—Si ella no hace caso es mejor que la fiesta se cancele.

—¡Ño, feta ño!

—Pidele perdón a Hav por haberle pegado y dile que la quieres.

—Ño quelo

—Bien, iré con todo los invitados y diré que la fiesta se ha cancelado por qué Autumn se porta muy mal.

—Ño, mami. —Ella frunció las cejas mientras me miraba con el ceño fruncido.

—Bien, te escucho.

Ella miro a Nikolai, quién parecía estar contenido la risa, Autumn movió su piecito concentrada viendolo mientras hacía un puchero.

Finge que me odias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora