22. Abandonando la academia

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Cuando Juanjo termina de vomitar y se ha bebido tres vasos de agua, se va medio tambaleándose a lavarse los dientes. Martin se quita la ropa y se queda en calzoncillos (unos de su novio).
—¿Quieres comer algo, amor? —le pregunta a Juanjo.
—Vale. Leche con cereales.
—Pero dímelo bien...
—...¿Me hazezz? —dice Juanjo.
Martin sonríe, feliz, y se va a la cocina. Le pone leche con colacao a su novio y la deja en la mesa junto al bote de cereales. Se coge un yogur para él. Juanjo llega a la cocina, en bóxers, descalzo y con la camiseta negra que pone "Martin". Se sienta a comerse los cereales.
—Gracias, Do. —dice.
Comen en silencio, un silencio nostálgico. Les da tanta pena irse de la academia. Terminan y recogen la loza juntos, sin hablar, dedicándose sonrisas e intercambiando besitos y caricias cada vez que se cruzan.

Se dirigen a la habitación y ambos se lavan los dientes. Lucas sale de haberse dado una ducha rápida.
—Las chicas y Paul ya están sopa. —les informa.
—Gracias por cuidarnos, Lucas. —dice Juanjo.
—Ay... boludo, claro. Los amo mucho, wachos. —dice, apretando a Martin y Juanjo en un abrazo.
—Y nosotros a ti. —dice Martin.
Lucas se mete en la habitación. Juanjo coge a Martin de la mano y mira alrededor.

—Última vez... —dice.
Martin le rodea la cintura con el brazo y van hacia la habitación. Juanjo sonríe, enamoradísimo del vasco.
Se meten juntos en la cama del aragonés, que llevan prácticamente tres meses compartiendo. Martin se acurruca de espaldas a Juanjo, que le abraza pegándolo más a él y le deja besos en la nuca.
—Cómo has bebido, eh, amor. —susurra Martin.
—Lo sé. Lo siento.
—¿Qué sientes? Es lo normal.
—Pero a ti no te gusta. —murmura Juanjo.
—Ay, calla. Yo solo quiero que estes bien, me da igual si un día te descontrolas.

Juanjo besa el hombro desnudo de Martin.
—Gracias, Do. Te amo mucho. —dice.
—Además, borracho eres muy divertido.
—¿Y sobrio no? —pregunta Juanjo.
—Sí, pero es distinto. Sobrio eres gracioso, pero porque tú eres una persona graciosa. Borracho te vuelves muy... transparente.
—Ay Dios... ¿qué te dije? —pregunta Juanjo, asustado.
—Nada... cosas que sé que piensas pero no sueles verbalizar. —dice Martin con una risilla vacilona.
—Ay Dios...
—Muchas guarrerías....
—Me mato.
Martin se parte de risa.

El vasco se gira para ponerse cara a cara con Juanjo, las frentes pegadas, apoyados en la almohada que han compartido todo ese tiempo.
—Bueno, vamos a dormir. —dice Martin, acariciando la mejilla de Juanjo.
—Vale. —susurra el otro, con los ojos ya cerrados, tirando una pierna por encima de la de Martin.
—Gracias, Juanjo. Por todo. Esto no hubiera sido lo mismo sin ti. —susurra el vasco.
Juanjo sonríe, sin abrir los ojos.
—Gracias a ti, amor. Me has cambiado la vida.
—Y tú a mí. No sabía lo que era enamorarse hasta ahora. —dice Martin.
—Vamos a estar juntos siempre, ¿vale?
—Sí.
Martin rompe la distancia y besa a su novio, que lo recibe con una sonrisa. Se duermen así, pegaditos.

Juanjo y Martin se despiertan a la vez esa mañana, al escuchar la última alarma de OT: "Historias por contar". Juanjo está de espaldas a Martin, y el vasco lo rodea con un brazo y una pierna, como un koala.
—Buenos días, Do. —murmura Martin al oído de Juanjo.
Juanjo, como respuesta, se gira para acostar la cabeza sobre el pecho de Martin, abrazándolo. Martin le acaricia los brazos y le besa el pelo. Cuando llega su frase de la canción, como si lo hubieran planeado, ambos la cantan al unísono.

Jóvenes como la noche,
Que nos vengan a parar

Y entonces Paul, Ruslana, Lucas y Naiara responden, desde sus camas, continuando la canción a coro:

Nadie apaga nuestro foco
Ya mañana empieza todo

Los seis finalistas de OT2023 se levantan de sus camas y se encuentran en el centro de la habitación. Cantan su canción abrazados, sonriendo con nostalgia, sabiendo que es su último despertar en la academia.

Que como agua de mar somos la ola que suena al chocar
Llámalo casualidad, pero esto se convierte en un hogar
En las paredes quedarán nuestros nombres
Y en los rincones sonarán nuestras voces
Y el resto son historias por contar

Los chicos, adormilados y nostálgicos, salen a desayunar y Noemí sube para comer con ellos. Hay churros con chocolate, y comen recordando momentos y hablando de lo que les espera fuera. Cuando terminan de comer, Noemí llama a Martin y a Juanjo.
—A ver, Agapornis. Venid un momento conmigo.
Juanjo y Martin se miran, aún en pijama, despeinados y desorientados, y siguen a la directora hacia la terraza. Noemí se sienta en una silla.
—Sentaos.
—¿Qué pasa, Noe? —pregunta Juanjo.
—No pasa nada, solo quiero hablar con vosotros un momento.
Los chicos se sientan en el sofá.
—A ver. Creo que debo contaros un poco lo que ha pasado, porque me parece que no sois conscientes de la magnitud que ha tenido...
—¿Qué ha pasado? —pregunta Martin, confuso.
—Vosotros. Chicos, es que ha sido muy fuerte. Yo sé que en ningún momento habéis pensado en nada más que en vosotros mismos y en lo que estaba naciendo ahí, como debe ser. Pero al final estáis grabados todo el día, y... no os voy a mentir: ha sido muy grande. Y muy bonito, chicos, ha sido precioso. Habéis dado una visibilidad increíble a muchísima gente, no os lo imagináis. Es muy importante esto que habéis hecho, y lo mejor es que ha sido todo natural y de verdad. Yo estoy súper orgullosa de vosotros, de los dos. De cómo habéis evolucionado y de cómo os habéis querido, sin preocupaciones.

Juanjo se está mordiendo el interior de la mejilla, emocionado, y Martin ya está llorando.
—Y os lo estoy diciendo porque lo que se viene... es fuerte. No lo digo ya por críticas, que las habrá. Van a querer saberlo todo de vosotros. Os preguntarán cosas sobre vuestra vida privada, cosas muy incómodas. Yo os recomiendo que os lo toméis con calma y con humor. Y pasad de las críticas. Ay, siento que os estoy acojonando, no me entendáis mal, sobre todo lo que vais a recibir es amor, apoyo, admiración... Pero tanta atención al final agobia.

Juanjo le agarra la mano a Martin, sin apartar la mirada de Noemí.
—Pero pensad que estáis juntos. No os dejéis llevar por el exterior y recordad que lo más importante al final del día sois vosotros dos. Es que... ha habido parejas en OT, pero sois la primera que confío en que durará, por eso quería hablar con vosotros para que no os pille el exterior por sorpresa. Nunca había visto un amor y un apoyo mutuo tan grande, y os entendéis tan bien... A ver, al final la vida es complicada, y pasará lo que tenga que pasar, pero yo os he visto desde el principio y confío en vosotros. Solo quiero que os mentalicéis, porque estos primeros meses serán intensos.
—Gracias, Noe. —dice Juanjo.
—Gracias a vosotros.
—...OT me ha cambiado para siempre. Y buena parte ha sido gracias a Martin, pero también a todos los demás: compañeros, profes, el equipo... siempre voy a estaros agradecido.

Martin, que ya estaba llorando, llora aún más al ver los ojillos brillantes de Juanjo.
—Ay mi Juanjo. El jotero, mi favorito del casting... —dice Noe, sonriendo con orgullo. —Y mi Pumuki. —dice Noe, yendo a sentarse al lado de Martin para abrazarlo.
—Es que me siento tan afortunado por todo. He aprendido muchísimo, he crecido, me han dado la oportunidad de dedicarme a lo que me gusta, me he enamorado... —dice Martin, sollozando.
—Pues sin vuestro talento y vuestro trabajo no hubierais conseguido tanto. Así que podéis estar orgullosos de vosotros mismos.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinWhere stories live. Discover now