20. La Gran Final

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Semana de despedidas, esta vez sí que sí. Es la Gala Ginal, y Juanjo y Ruslana están en la green room, son los últimos que quedan ahí. Martin está a punto de actuar y Naiara preparándose para seguirle. Juanjo no quita la vista de la televisión. Cuando Martin aparece en la pantalla, vestido de blanco tras una luz de focos cegadora, el aragonés contiene las lágrimas. Ruslana ríe y le deja un pañuelo, con el que va secando sus ojos, con cuidado de no arruinarse el maquillaje. Sabe que Martin le está dedicando la canción, y en la mirada del vasco lee toda la historia de su amor, en su expresión emocionada, feliz, enamorada. Hay que ver cómo transmite. Juanjo espera tenso a las notas altas que tenían a Martin tan acojonado, y sonríe con orgullo cuando las clava. Cuando termina la actuación, Ruslana y Juanjo observan, dados de la mano, a Martin yendo al sillón con Chenoa. Juanjo no para de sonreír con cada movimiento de su novio.

Y empieza el vídeo resumen del paso de Martin por OT.  A Juanjo le entra un calorcito en el corazón cuando la voz en off de Martin dice que su actuación favorita es "God only knows". Ponen imágenes de ellos dos y Juanjo sonríe con timidez.
—Ay Dios... —murmura, entre risas.
Y entonces la voz de Martin dice: "Nunca antes había cantado en un escenario con otra persona de la que estoy enamorado."
Juanjo se queda ojiplático, paralizado.
Ruslana se gira bruscamente y lo mira.
—¿Ha dicho...?
Juanjo mantiene la mirada fija en la tele, una sonrisilla tonta apareciendo en sus labios. Aprieta la mano de Rus con emoción.
—Lo ha dicho. En la tele. —Juanjo ríe, incrédulo. —Ha dicho que está enamorado de mí, en la tele.
—El putísimo Martin Urrutia. —suelta Ruslana.
—Lo mato. Qué vergüenza. —se queja Juanjo, sonrojado y partido de risa.
—Cállate. Si te ha encantado. —le dice la chica .
—Míralo, qué precioso es. Es tan pequeñito, Ruslana. —murmura Juanjo.
Ruslana lo mira, ensimismado con la imagen de Martin en la pantalla, y estalla en una carcajada.
—Estás obsesionado, Juanjo. —dice.
—Calla, calla. —responde el otro, que quiere oír la respuesta de Martin a la pregunta de Chenoa: qué le ha dado la academia.
"Artísticamente aprender de los profesores, me llevo también a estos amigos que son hermanos... y pues a Juanjo, claro."

Juanjo está dando volteretas por dentro. Aprieta un cojín, intentando liberar sus ganas de gritar de la emoción.
—Está desatado el Urrutia. —ríe Ruslana.
—Lo quiero tantísimo. Hay que tener los cojones bien puestos, eh, para hacer lo que ha hecho. Es tan sincero, se la suda lo que piense la gente.
—Ya. Ese es Martin.
—Mi Martin. —suspira Juanjo.

—Ruslana, vamos. —dice la coordinadora, lista para acompañarla al escenario.
Rus abraza a Juanjo.
—A disfrutarlo. —le dice.
Y Juanjo se queda solo en la green room y, como diría Abril, se concentra en instalarse en el sentimiento de su canción. Y se da cuenta de que, como dice la letra, no puede vivir sin Martin. No puede. No podría dar más de sí si Martin no estuviera. Lo necesita. El vasco acaba de declararle su amor explícitamente delante de toda España, y Juanjo sabe que, aunque de forma distinta, él también puede declarar cuánto quiere a Martin. Y en eso se centra al salir al escenario. Mientras canta, ve a Martin a lo lejos, en el sofá con el resto de sus compañeros. Y siente que abre su corazón dedicándole la canción a la persona más importante de su vida.

I can't live, if living is without you
I can't live, I can't give any more
Can't live, if living is without you
I can't give, I can't give any more

Cuando habla con Chenoa y ven su vídeo resumen, Juanjo no se siente presente. Todo parece un sueño. Al fin puede irse al sofá, y sus compañeros lo abrazan. Se sienta al lado de Martin y cortan para publicidad. Martin lo mira con disimulo, sonriendo.
—Nunca te había visto cantar así. —dice.
—¿Te ha gustado? —susurra el aragonés.
—Ha sido impresionante, Juanjo. Te lo juro. Lo que acabas de hacer... Es que siempre lo cantas todo perfecto, pero hoy ha sido mucho más que perfecto. Otro nivel. Y cómo has transmitido... Joder, no podía parar de mirarte. Ni yo ni nadie, eh. Parece que hubieras estado contando una historia, realmente.
—Ay, Martin. Nuestra historia. Eso es lo que he contado. Porque no puedo vivir sin ti. —susurra Juanjo.
—¿De verdad?
—Pues claro, joder. Te necesito tanto.
—¿Pero me la has dedicado en serio?
—Sí.
—Jo. ¿Pero ese era el plan? —cuestiona Martin.

—Más o menos. No del todo, Abril no quería que cogiera cosas reales, pero me he dado cuenta al ver tu vídeo de que no podía enfocarme en ninguna otra cosa que no fueras tú. Que sé que hay que "trabajar desde la ficción" pero hoy me ha salido natural, tirar de ti.
—Te quiero tanto. Estoy muy orgulloso de ti. Lo has hecho increíble, Juanjo. Pase lo que pase eres el mejor.
—Gracias. Te amo.
— ¿Te ha gustado el video, entonces?
—He flipado. Adoro lo transparente que eres. Gracias. De verdad, gracias por ser tú y por no tener miedo, Martin. Me has ayudado tanto...
Martin se muerde el labio inferior para comprimir una sonrisa. Con delicadeza pone la mano al lado de la de Juanjo, sobre el sofá, y entrelazan sus meñiques. Juanjo ríe con ternura. Martin adora su risa. Y Chenoa empieza a hablar de nuevo, sacándoles de su ensoñación momentánea. Vuelven a estar en directo.

Martin ha quedado sexto. El vasco está feliz, sabía que no iba a entrar en el top 3 y era una posibilidad quedar el último. Se siente muy orgulloso de sí mismo y todo lo que ha hecho, y solo llegar a la final ya es premio suficiente. A Juanjo, aunque lo intenta, le cuesta un poco más mantener ese positivismo. Es innegable: le ha dolido el cuarto puesto. Aspiraba a quedar más arriba, sin duda. Martin lo sabe, y realmente no entiende cómo su novio solo ha quedado cuarto considerando su concurso. Y le duele, cree que Juanjo merece más.

Naiara consigue un claro primer puesto en el programa, la gala termina y todos se dirigen al autobús que les llevará hasta la OTFiesta. Caminando hacia la salida, Martin siente muchas cosas. Le hablan todos sus compañeros, felicitándole por la actuación y por la declaración de amor. Hay un sentimiento nostálgico de extrañar lo que ha terminado, y un miedo a lo que espera fuera. Y también hay un amor incondicional e incontrolable hacia Juanjo Bona. Entra en el autobús y Juanjo está en un asiento, hablando con Denna y Alex que están delante de él. Martin se sienta con su novio.

—Hola, mi amor. —susurra Juanjo.
—Hola, Do. ¿Cómo estás?
—Sintiendo muchas cosas, no sé.
—Ya, yo igual. —asiente Martin, acariciando el muslo de Juanjo. Se quedan un rato en silencio.
—¿Crees que no transmito? —pregunta Juanjo de repente.
—¿Qué? ¿Qué dices? Para nada. Creo que transmites muchísimo, Juanjo.
—¿Seguro?
—Claro que sí, amor. Has transmitido muchísimas cosas en tus canciones.
—Yo también lo creía, pero he salido cuarto... —murmura Juanjo.
—Lo sé, lo sé. Pero piensa en toda la gente que se presentó al casting, de entre todos esos has quedado cuarto, amor. Cuarto de 13.000. Es increíble. No entres en bucle. Muchísima gente te adora, y con motivo.
—Vale. —Juanjo suspira y sonríe con cariño. —Tienes razón.
—Como siempre. —bromea Martin.
—Calla, tonto. —dice Juanjo.
—Y ahora nos vamos de fiesta.
—Ay, Dios. Qué ganas tengo. Voy a beber, ¿vale?
—Vale. Yo si eso será una o dos copas, no más. —dice Martin.
—Vale. Te amo. —susurra Juanjo.
—Y yo a ti.

Detrás de cámaras - Juanjo y MartinWhere stories live. Discover now