13

15.4K 818 19
                                    

Me quedo ensimismada mirando al infinito un par de minutos. Es inútil intentar comprender por qué vino en realidad. También es inútil darle explicación a lo que acaba de suceder. Mi mente es un total caos. No consigo dejar de pensar en la sensación fantasma de sus manos sobre mi cuerpo. Sus palabras me dieron a entender que no se resiste a que algo suceda entre nosotros. Ahora me produce una gracia enorme pensar en amor. No logro imaginar a ese hombre amando. Yo, claro, solamente intento reprimir la torbellino de emociones que me provoca su mirada, sus labios, sus manos... Todo su ser.

Me paso toda la mañana dándole vueltas a lo mismo. Las horas transcurren lenta y pesadamente. Cada minuto se me antoja más largo que el anterior. Quién diría que hace tan solo unos días al pensar en Thomas lo imaginaba muy lejos de mi alcance..., es más, fuera de mi alcance. Todo es tan surreal, tan ficticio. No logro procesarlo por completo. Debería estar feliz, o emocionada, no lo sé. Quizás muy en el fondo estoy contentísima. Pero por ahora solamente intento comprender lo que sucede. La vida da tantas vueltas...

Pronto un dolor de cabeza un poco fuerte me da a entender que estoy al límite de mi capacidad mental y simplemente me quedo dormida.

Un momento más tarde, abro los ojos. Me incorporo apresurada y con el corazón acelerado. Respiro rápidamente. Estoy en mi habitación, y el día aún sigue muy caluroso. Estoy completamente sudada entre las sábanas de mi cama. Estaba soñando algo extraño que me asustó. No puedo recordar qué, pero desperté muy agitada. Desde que me quedé dormida ha pasado una hora. Ya es mediodía. Quizás me despertó el calor tan sofocante.

Me levanto de la cama, me ducho y me preparo para salir de este encierro tan sórdido. Tomo mi bicicleta para dar vueltas por los alrededores y respirar aire fresco. El cielo es azul y no me gusta desperdiciar días bonitos. Regreso unas tres horas más tarde totalmente exhausta. Tener que  concentrarme en pedalear y cruzar calles me distrajo muy bien, pero vaya que soy pésima para el ejercicio.

¡Ah!

El aburrimiento es tan desesperante.

Solamente hablo con Derek por chat y debe estar ocupado aún. Me deprime revisar las redes sociales. Tantas personas con sus vidas de ensueño mostrando cómo la pasan de maravilla en lugares asombrosos, solamente pone en perspectiva lo absurdamente aburrida que soy. Por lo menos no busco la aprobación en nadie. De repente recuerdo que todavía no llamo a mi madre.

—¿Hola? ¿Mamá? —digo al teléfono.

—¡Carly! ¡Que bueno oírte! —me saluda —¿Cómo estás querida?

—Todavía me estoy recuperando de la mega fiesta que hice ayer, pero todo bien. Los muchachos ya se están yendo —bromeo —¡Oye, Derek, vístete de una vez!

—Que graciosa, jovencita —me responde.

Guau... Ni siquiera mi madre me cree capaz de hacer algo así. No sé si reír o llorar, francamente.

—¿Y mi tía?, ¿cómo está? —pregunto.
—Martha se está recuperando... Los médicos dicen que estará bien. Aún está algo débil, pero ya está fuera de peligro. Te manda muchos besos.

Analizo sus palabras.

—¿Entonces ya van a regresar? —pregunto.

—No... —contesta —Ella necesita nuestra compañía. Tu primo, Josh, no puede acompañarla mucho tiempo por el trabajo y sabes que su esposo es algo sensible y no soporta verla así.
Suspiro abatida. Por un lado, amo a mi tía con toda mi alma y sé que su vida es difícil en este momento, pero por otro, seguiré estando sola aquí.

—Por favor dile que la amo, mamá —digo —Quisiera estar allá con ustedes.

—Lo sé, cariño. Tu padre está muy preocupado por ti y ha pensado mucho en volver a casa para que no estés sola. No queremos que te pase nada.

—Me gustaría, pero quiero que te acompañe. Debe ser muy duro para ti todo eso.

Se escuchan voces de fondo y mi madre le dice algo a otra persona.

—Nena, debo colgar. Necesito terminar de solucionar unos asuntos —dice de repente —Te amo y prometo llamarte. Adiós.

Cuelga antes de que pueda decir algo.

Amo a mi profesor. Primera Parte.Where stories live. Discover now