SU PROPIO MAL

2.2K 161 20
                                    



     Detesto hacer las cosas muy formales, por lo que cualquier parte omitida de un libro, procede a ignorarla. Para comenzar, me gustaría que llevaras este versículo siempre en tu corazón. Mateo 6: 34 "Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta cada día su propio mal." Este versículo es fundamental para este capítulo. Este libro es principalmente para las personas que como yo, tienen una mente ansiosa. Para todos aquellos que han perdido la esperanza y sienten que no pueden salir de su propia mente. Para los que aman intensamente al punto de asociar el amor con el sufrimiento y para los que sobre piensan todo... Debes conocer que la ansiedad es una preocupación excesiva y cuántas veces, no nos hemos preocupado de manera exagerada por nuestro futuro, por tener una casa, sacar buenas notas, no ser amados, perder un trabajo o fallar en la universidad. Hay muchas razones por las cuales nos podemos abrumar. De ante mano, debes saber que muchísimas de las cosas que hoy te preocupan, no se harán realidad nunca. Quizás te sientes enfermo hoy, quizás tienes un leve dolor de barriga o cabeza, pero por alguna razón tu mente comienza a pensar en todos los malos escenarios posibles y comienzas a pensar que quizás tienes alguna enfermedad terminal, pero cuando vas al médico te das cuenta de que solo fue algo que te cayó mal o que tenías dolor de cabeza porque te lavaste la cabeza tarde. Antes de ser aceptada a la universad que tanto deseaba ser admitida, recuerdo que estuve mucho tiempo sintiendo ansiedad. Tenía miedo de no entrar. Estaba asustada de que no me admitieran porque no me interesaba estudiar en ninguna otra universidad. Tuve temor de no tener las notas suficientes. Hasta que un día me llegó un email en donde se me felicitaba por haber sido aceptada. No obstante, después de ser aceptada estaba ansiosa por no poder desenvolverme. Se me había inculcado este miedo de que la universidad a la que asistiría era más difícil de lo común. Entonces, pensaba, "me voy a colgar" "seré un fracaso" "me colgaré en matemáticas" "me voy a tener que dar de baja" "voy a sacar todas F" sentía que era un lugar muy grande para mí. Después de entrar y comenzar a desenvolverme, me di cuenta de que si podía adaptarme. Descubrí que no era tan malo como me habían inculcado. La ansiedad es experta en quitarnos el sueño y hacernos pedazos poco a poco. Te va consumiendo lentamente hasta que te atrapa y sientes que ya no puedes salir de ahí. Es normal que la ansiedad esté relacionada al insomnio, ya que estás tan abrumado con tus preocupaciones que tu mente simplemente no te permite descansar, pero aquí lo más importante ya se nos fue dicho en la palabra. Cuando la biblia dice que no te afanes por nada, significa, POR NADA. Aveces se hace difícil entender esto porque no entiendes cómo no puedes estar afanado por algo que te importa demasiado, pero cuando su palabra nos dice esto es porque Dios sabía a lo que se refería. Tienes que ponerte a analizar y preguntarte si lo que te tiene ansioso es algo que puedes resolver hoy. Si no lo puedes solucionar hoy, déjalo para mañana o para el día que corresponda. Si estás esperando unos análisis de los cuáles no tendrás conocimiento de los resultados hasta el domingo, deja esa preocupación para el domingo. Aveces solo necesitas irte a dormir. No estoy diciendo que estás solucionando algo con eso o que está bien dormir todo el tiempo para obviar eso que te provoca malestar o ansiedad, sino que simplemente entiendas qué hay cosas que por más que te afanes no vas a poder resolver o no podrás resolver al momento. Si es un problema de mañana, déjalo para mañana y acuéstate a dormir. Acuéstate a dormir. Si ya hoy la estás pasando mal, no traigas preocupaciones futuras a tu yo de hoy porque solo empeorarás tu condición. Recuerda que tienes que tratarte bien, ser paciente y amable contigo. Recuerda que Jesús dormía en medio de la tormenta. Mateo 8: 23-26 "Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grane que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué temeis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza." Es demasiado loco pensar que mientras la barca se estaba "jamaqueando" tanto Jesús estuviese DORMIDO. Probablemente tú y yo estuviéramos orando para que Dios nos cuidara, con náuseas, pidiendo perdón por nuestros pecados por si nos ahogamos, en fin, estuviésemos fatal. Jesús estaba tranquilo descansando. Aveces es muy difícil poder descansar cuando tu vida se siente como una tormenta. Sin embargo, Jesús te insta a confiar en él porque no importa con cuánta fuerza se esté moviendo tu barca, Jesús está dentro de ella, así que puedes encontrar descanso en eso.

Cristiana, pero ansiosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora