| KNY One Shots 🌸|

💐CITA💐

Como sería una cita con
algunos de los chicos de
Kimetsu No Yaiba

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🔥 RENGOKU KYOGURO🔥

Él fue quién, tras una larga temporada de trabajo duro, te invitó a una cita. Un pequeño descanso para ambos, nada muy grande.

Encantada aceptaste y decidisteis ir a almorzar juntos. El lugar ya os era conocido y la comida estaba deliciosa.

Más tarde compraron algunos dulces para la tarde y pasasteis por las afueras del distrito.

Mientras caminaban acercaste, tímidamente, tu meñique a su mano, rozando esta. El contrario entendió lo que intentabas y te agarró la mano entrelazando los dedos de ambos.
Su gran sonrisa te hizo sonrojar.

La tarde avanzó hasta que el sol comenzó a ponerse. El cielo daba ahora un maravilloso espectáculo de colores. Ambos os quedasteis quietos admirando la belleza del paisaje.

Kyoguro se sentó e hizo un gesto para que imitaras su acción. Apoyaste tu cabeza en su hombro y comenzaste a tararear una melodía. El mayor se sentía en completa paz.

No pasó mucho hasta que tuvieron que regresar a casa. El rubio no puso resistencia, pero deseaba poder haberse quedado más tiempo en aquel lugar, rodeado de aquella atmósfera.

- Ha sido un día maravilloso Kyo-kun - Sonreíste.

- Todos los días a tu lado son maravillosos para mí, querida ____ - Te hizo sonrojar.

A las puertas de tu finca, el muchacho entonces se te acercó unos pasos más.
- ¿Puedo? - Preguntó posando su mano en tu cara. Asentiste a la vez que cerrabas los ojos algo nerviosa.

El mayor dejó un suave beso en tu mejilla mientras acariciaba el lado opuesto de tu cara con su pulgar.

Sonrió ampliamente.
- Buenas noches ____-chan - Canturreó
- I-Igualmente Kyoguro-kun - Respondiste sacudiendo tu mano en forma de despedida.

Ambos deseaban repetir pronto.

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🌊TOMIOKA GIYUU🌊

Llevaba unos días pensando si debería pedirte una cita y es que, aunque llevaran bastante juntos, seguía siendo muy tímido con ese tipo de cosas.

Intentó sacar el tema un par de veces, pero apesar de que solo soltó indirectas, captaste a la perfección lo que insinuaba.

Cocinaste unos platillos de salmón con daikon, el favorito de tu pareja, que hacía lo que podía para ayudarte en la cocina.

Salieron temprano en la mañana hacia el nacimiento de un río cercano, un paisaje muy hermoso que el pelinegro ya conocía.

Una vez que llegaron él insistió en colocar todo, reíste ante esto y mientras tanto exploraste los alrededores.

Se sentaron en el mantel que trajeron y comenzaron a almorzar. La atmósfera del lugar transmitía mucha tranquilidad. El chico se sentía realmente cómodo allí.