| KNY One Shots 🌸|

Yushiro☄️

Tipo: Romántico
Estadía: Pareja

Spoilers del manga

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La batalla final había dado lugar, y días después era cuando se podían ver los estragos causados por ella.

Ahora que el rey de los demonios estaba muerto, solo quedaban dos de estas criaturas inhumanas en todo el mundo, ambos aprendices de Tamayo.

Está mujer dio su "vida" para que Muzan muriera, y era ahora cuando su ausencia más se notaba.

Tú y Yushiro llevaban ya un par de días en vuestro hogar. Todo era muy tranquilo y nostálgico. Sabes que no volveríais a ver a aquella mujer que os salvó os carcomía por dentro.

Pero el tiempo no se detiene, y vuestras vidas seguían adelante.

Al principio Yushiro estuvo bastante distante. Sabías de sobra que era un chico muy orgulloso, y que como a cualquiera, la situación le afectaba, y no quería que le vieras tan vulnerable. Por ese mismo motivo intentaste estar ahí para él.

Fue entonces que el varón comenzó a pintar cuadros.

Se tiraba horas y horas en el que ahora era su estudio. En esos momentos era imposible hablar con él, por ello, volviste a abrir lo que un día fue la clínica de Lady Tamayo.

- Yushiro - Le llamaste.

Últimamente parecía más desanimado de lo habitual. Volviste a llamar a la puesta, esperando una respuesta del ojimorado que no sucedió.

Finalmente decidiste entrar.

Ahí lo viste, recostado en la mesa del cuarto, dormido.

Te acercaste con cuidado por su espalda, sin ánimo de despertarlo. Lo miraste con una mueca triste y te sentaste a su lado.

Posaste tu mano en su cabeza y acariciaste su cabello con delicadeza, mientras que observabas la pintura que habia sobre la mesa.

Eran unos dibujos, pero a diferencia de todos los anteriores, estos no estaban pintados ni sobre un lienzo. Eran una especie de bocetos, bocetos tuyos.

Con tu mano libre acercaste un poco la libreta. Solo había una página rellenada.

Todo eran bocetos tuyos, desde distintas perspectivas y emociones. Un sonrojo se hizo presente en tus mejillas.

En ese momento el mayor comenzó a despertarse. Acostumbrandose a la luz y los estímulos que recibía se fue recostando en su sitio. Se rascó los ojos y entonces su mirada chocó con la tuya.

Miró al cuaderno que había entre tus manos.

- ¿¡____?! - Dijo sobresaltado quitándote el objeto rápidamente.

Estaba rojo como un tomate. Tú le regalaste una sonrisa tranquila.

- ¿Sabes que es una falta de educación no llamar a la puerta? - Continuó molesto.

- De hecho, estuve llamando un rato - Reíste - Pero estabas dormido.

El opuesto se levanta de su asiento, guardó la libreta en un cajón y se dispuso a salir de la habitación.

Tu mano agarró la manga de sus ropas, deteniendo el cuerpo completo del peliblanco. Te acercaste por su lado y besaste su mejilla.

Dió un salto. Su cara estaba completamente roja y su expresión mostraba una mezcla de enojo y frustración.

Abrió la boca como intentando decir algo, pero las palabras no le salieron.

Abriste la puerta y, girando únicamente la cabeza comenzaste a reír.

Su sonrojo no paraba de aumentar.

- ¡____! - Gritó intentando hacerte parar.

Le miraste directamente a los ojos, y con una sonrisa en el rostro, te acercaste a él.

Dió un paso hacia atrás, intentando ganar tiempo para predecir que harías a continuación, sin embargo, le cogiste de la mano, y con la otra acariciaste su cara.

Tu mirada, la más tranquila y reconfortante que jamás había visto el joven, se pasaba en sus agitados ojos. Te acercaste lo más rápido que pudiste y dejaste un beso, ahora sí, en sus labios.

No dijiste nada más, solamente sonreíste mientras girabas un poco tu cabeza hacia un lado.

El chico comenzó a sudar. Si hubieras dicho o hecho algo más en ese momento probablemente habría acabado desmayándose.

Le dejaste en el sitio y caminaste hacia la puerta, dejando tras de tí a un enamorado Yushiro que no podía resistirse a tus acciones.

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Otra vez vuelvo a escribir sobre él. Al final me parece un personaje entretenido ☄️

Te desean un buen día,
La escritora
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