Giyuu Tomioka🌊

1K 27 0
                                    

Tipo : Amistad ¿?
Spoilers del pasado de Tomioka

.
.
.
.
.
.
.
.

Tú también eras una alumna de Urokodaki. Te entrenaste con Giyuu y Sabito y junto a ellos fuiste a la selección final. Allí fue donde todo se desmoronó.

Durante el transcurso de los días os mantuvisteis juntos y fuisteis capaces de matar algunos demonios. Todo marchaba muy bien hasta que os hicieron una encerrona. Te separaste de tu equipo y peleaste contra un demonio, por suerte no resultaste muy herida. Cuando volviste a donde estaban los chicos viste un escenario terrible. Giyuu estaba en el suelo, casi inconsciente y Sabito peleaba contra un demonio de muchos brazos.

Decidiste ayudar al de pelo rosado aunque ni siquiera juntos pusisteis lograr cortarle el cuello. El oponente lanzó un ataque. Te lanzó contra unos árboles. Tu espalda dolía demasiado.

- ¡____! - Gritó el de ojos añil - Llévate a Giyuu de aquí

Te levantaste como pudiste, sabías que no podías dar una buena batalla en tu estado

- Espera Sabito - Decía Tomioka - Todavía puedo... - Se intentaba poner en pie pero sus piernas flaqueaban.

Sabito te miró serio, tú tragaste saliva. Rápidamente te lanzaste a sujetar a Giyuu quién estaba por caerse.

- ¡Creo en tí Sabito! - Gritaste con todo el dolor en tu corazón, sabías que no podías ayudarle y tenías miedo de perderle.

Pusiste el brazo del joven Tomioka sobre tus hombros y lo alejaste del peligro.

Para ese entonces el chico ya estaba muy adolorido así que le dejaste en el suelo para intentar llevarlo de otra manera. En ese momento miraste tras de tí. No pudiste contener las lágrimas. Ese maldito demonio había aplastado a tu amigo.

El peli negro miraba en tu misma dirección, por un momento hicisteis contacto visual. Viste como una lágrima cruzaba su cara.

- S-sabito... -Susurró

Un nudo se formó en tu garganta, apretaste tus puños. No, no, no Repetías en tu mente una y otra vez.
El oji azul no pudo más y cayó desmayado. Agarraste a Giyuu y echaste a correr, no podíais quedaros ahí por mucho tiempo.

Hiciste una pequeña fogata dentro de una cueva. Tomioka estaba recostado en la pared tú estabas asustada. Aún quedaban dos días para que la selección acabara, Giyuu estaba inconsciente y Sabito muerto. Tenías tanto miedo. No sabías como saldrías de esta, pero lo harías, por él, por ellos.

...

Ahora erais miembros del cuerpo de cazadores. Tu compañero aún estaba en cama reposando, no había despertado y tú... Tú no sabías que hacer, por una parte deseabas con todo tu corazón que el muchacho despertase pero, cuando lo hiciera, no sabías que pasaría, con él, contigo...

Al día siguiente él despertó. Estaba constantemente llorando, no comía, no bebía, cuando te avisaron te quedaste inmóvil. Fuiste corriendo a su encuentro.

Desde luego la escena era horrible. El chico estaba tirado boca abajo en el futón, sollozando. Un plato de comida aún caliente estaba a su lado. Ni siquiera se inmutó al oír la puerta abrirse.

- Giyuu... - Te acercaste lentamente a él, tu cara reflejaba tristeza pero a la vez comprensión. Sabito era tambien tu amigo.

El susodicho levantó la mirada, sus ojos estaban rojos de tanto llorar y sus mejillas estaban cubiertas de lágrimas. Tocaste con delicadeza su pelo completamente despeinado.

Él se reincorporó y hubo un silencio entre vosotros. Limpiaste una lágrima que bajaba por su cara a la vez que tus ojos comenzaban a cristalizarse. Los dos sentían lo mismo, la perdida de un ser querido muy cercano.

Rápidamente te rodeó con sus brazos de manera torpe. Tú correspondiste su abrazo. Los dos dejabais salir todas esas emociones que os consumían.

Pasado un rato el chico quedó completamente calmado a tu lado. Acurrucó su cabeza en tu cuello y tú acariciabas con cariño su cabellera.

- Giyuu - Nombraste con voz baja - Hazme un favor, ¿si?

El oji azul se separó de tí. Miraste la bandeja de comida.

- Tienes que comer algo... - Dijiste llevando tu mano a su mejilla.

Tomioka bajó la mirada.

- Si dejas de comer no cambiará nada, solo harás que me preocupe más por tí - Afirmaste preocupada - Tenemos que seguir adelante, Sabito lo hubiera querido así.

Limpió un poco su cara y acercó la bandeja. Tú te moviste un poco. Agarró los palillos y comenzó a comerse el arroz.

Cuando el chico acabó de comer, llevaste la bandeja a la cocina de la casa en la que se encontraban reposando. Volviste y él no se había movido ni un centímetro.

Empezaste a limpiar un poco la habitación, el muchacho te imitó.
Pronto tendríais que marchar y comenzar a hacer misiones. Te consolaba el hecho de que al menos no estarías sola.

Antes de iros a dormir Giyuu y tú charlasteis un poco. Era un momento difícil pero no querías que estuviera solo. Le hiciste prometer que a la mañana siguiente se comería todo su desayuno y que esta noche intentaría dormir. Luego te fuiste.

Cerraste la puerta de su habitación. Te quedaste parada fuera, tus pensamientos variaban. Pensaste en tu familia, en Sabito, en el maestro. El chico que estaba dentro veía la sobra de tus pies tras la puerta. Quería salir y preguntarte si pasaba algo, pero en ese momento comenzaste a andar en dirección a tu dormitorio. Suspiró.

Volvió al futón. Se quedó mirando al techo. Ya había perdido a su hermana y a su mejor amigo, pero aún te tenía a tí. Esa noche prometió que te protegeria a toda costa. No se iba a dar el lujo de perder a otro de sus seres queridos.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Ya quería hacer otra historia de Giyuu, para que mentiros 💙

Sin nada más que decir

Te desea un buen día,
La escritora
💦

| KNY One Shots 🌸|Where stories live. Discover now