𝐇𝐨𝐲𝐨 𝐞𝐧 𝐮𝐧𝐨

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Yo sé que Illumi no es el ser humano más sociable del mundo, tiene las habilidades suficientes para sobrevivir en contextos de interacción social, pero en estos momentos es como un niño pequeño sentado en su toalla sobre la arena esperando por el ...

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Yo sé que Illumi no es el ser humano más sociable del mundo, tiene las habilidades suficientes para sobrevivir en contextos de interacción social, pero en estos momentos es como un niño pequeño sentado en su toalla sobre la arena esperando por el regreso de su madre mientras observa el mundo a su alrededor.

sonreí al verle tan pequeño, aunque es la misma persona que te destruye brutalmente con sus palabras sin tacto y delicadeza alguna.

Tomé asiento junto a él mientras observaba a mis amigos jugar a orillas del mar.

— Tan callado... — dije con un tono de burla — ¿Estás aburrido?

— Estoy tranquilo.

fruncí el ceño, su expresión demuestra lo contrario — Te pregunté si estabas aburrido, no si estabas tranquilo.

Illumi alzó su ceja observándome.

— ¿Qué? — pregunté ante su mirada e imitando su ceja alzada.

apuntó a mi rostro — Tienes un moco gigante en la nariz. — cubrí rápidamente mi nariz buscando entre los bolsos algún celular o espejo para observarme.

escuché la risita maliciosa de Illumi a mi espalda y me giré a él para golpear su brazo — No me molestes, Zoldyck.

ambos nos quedamos en silencio con la vista hacia al frente, apoyé mi cabeza en su hombro.

— ¿Hisoka estará bien? — pregunté en voz baja.

— Espero que se sienta solo. — respondió el azabache entrecerrando sus ojos — Y que pase solo año nuevo y se dé cuenta del tremendo imbécil que ha sido hasta ahora.

Illumi está despechado.
más que yo, me atrevo a suponer.

— Debo decirte algo. — sentí los ojos de Illumi puestos en mí — Yo...

Me detuve al ver a Jean aproximarse hacia nosotros corriendo — Oigan, vengan a jugar voleibol. — buscó entre nuestras cosas la pelota, se quedó parado esperándonos a que nos uniéramos a él.

Illumi me ayudó a levantarme junto a Jean, me burlé de ellos por su caballerosidad compartida mientras nos acercábamos al resto del grupo.

— Yo no sé jugar. — dijo Rena.

— ¡Te hemos enseñado, pero no aprendes porque no quieres! — acusó Lily.

— Y así es. — confirmó con una sonrisa — Después me duelen las manitos. — hizo un puchero que derritió el corazón de Paul quien la tomó por la cintura en un abrazo de consuelo.

𝐇𝐢𝐬𝐨𝐤𝐚    |  ᵃᵘ𝐇𝐱𝐇  ˣ ᵒᶜ ᶠᵉᵐWhere stories live. Discover now