Lunes, 4 de Septiembre

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Broma alegre.

Esta tarde con nerviosismo,
Me fui por acercar.
Tenía miedo que aquella arpía,
Lo que hice le fuese a contar.

Mis manos en la parada,
Fui a mirar con temor.
Rezando que en su llegada,
No fuese a interrogarme con fervor.

Aunque pensando en como fue,
Las últimas veces que la vi.
Siento que muy inútil es.
Pensar que me llegaría a hablar.

Pero sorpresivamente,
Hacía mi se fue a acercar.
Teniendo una mueca entre alegría y cansancio.
Y mi empático se preocupó por ella.

Le pregunte que sucedía.
Ella me miro sorprendida,
Y me conto lo que temía escuchar.
Pero estaba riendo.

Ella se comenzó a reír suave por mi broma.
Dijo que aunque fue asquerosa,
Le encantó la nota irónica que había colocado.
La nota que había olvidado quitar.

Aquella escrita por mi ante el odio.
Donde decía que ella "era una entrometida.
Una maldita zorra come miseria.
Un patético ser que busca mi tristeza".

Y aquellas palabras la hicieron reír.
Hicieron que se sintiera bien no ser la única,
Que ese pensamiento hacia ella a de tener.
Y esto una suave sonrisa me hizo soltar.

Compartía algo con mi linda chica.
Pero en eso un pensamiento,
A mi cabeza fue a parar.
Quería confirmar su nombre.

Y luego de que al colectivo subiéramos,
Nos acomodamos en un espacio.
Y allí me decidí a preguntar,
Cuál era su identidad.

Ella con calma me respondió,
"Mi nombre Mary,
Lamento nunca haberlo dicho".
Y me regalo una calmada sonrisa.

Una mueca tranquila que a mis mejilla,
Hizo emocionar en carmín.
Hizo arder en calor.
Hizo que le revelará mi nombre.

Y el viaje prosiguió con calma.
No mucha charla posterior.
Sólo un simple adiós cuando se bajó.
Unas palabras que por minúsculas me emocionó.

Y fue así cuando a mi casa llegue.
Con el corazón en la boca.
Inundado en emoción.
Queriendo que se volviera a repartir.

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