Lunes, 17 de Julio

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Este día al colectivo,
Me subí con emoción,
Ya que atrás de mi en la fila,
La chica se posicionó.

En su lugar de siempre,
Ella se quedó,
Luciendo una hermosa gargantilla de perlas,
Que combinaba con su diadema.

Pero por descuido del conductor,
Mis pies entre otros se atoraron,
Y por poco de boca al piso,
Terminaba por caerme.

Pero un hombro salvador,
Mi caída interrumpió,
Viendo que era ella.
Con sus pupilas clavadas en las mías.

Rápido regresé a mi postura original.
Pidiéndole disculpas al aire,
Mirando con vergüenza a la ventana,
Y no oyendo nada de su parte.

Eso fue ciertamente cretino.
Hubiese espera un mínimo,
"No te preocupes,
Los accidentes pasan".

Pero ella es tan apática y fría.
Pero su hombro olía de maravilla.
En verdad era como una flor,
Una con espinas pero sabor vainilla.

Pero ¿Qué se puede hacer,
Cuando el corazón,
En manos de chicas ricas,
A de caer?

Dejando esa molestia de lado,
El viaje muy bien a de continuar,
Pudiendo ver sus hermoso brackets,
Por la luz que entraba brillar.

O ver sus dulces ojos,
Con un chocolatoso tono,
Ver con desinterés la puerta,
Esperando a su parada llegar.

Relatos Del ColectivoWhere stories live. Discover now