Lunes, 14 de Agosto.

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Mientras caminaba con esperanza,
Mi cabello volví a ordenar.
Mechones oscuros de café,
Que por ella quería perfeccionar.

Y junto a mi vestimenta,
Ciertamente muy oscura.
Me puse a esperar,
Ante la temperatura de mi día al pasar.

Y por 20 largos minutos,
La espere sin dudar.
Siendo su rizada cabellera,
La que entre la multitud le hizo resaltar.

Al entrar al colectivo con ella,
Yo me fui a sentar,
Y ante la falta de lugar,
Ella me tuvo que acompañar.

Aunque a leguas se notaba,
La incomodidad en su mirar.
Pero con fuertes esperanzas,
Mi corazón hoy a de palpitaba.

Y entre el dulzor de mi interior,
Algo contra mi chocó,
Siendo ella por accidente,
Ante el maldito conductor.

Ese viejo asqueroso,
Descuidado en su manejar.
Me daban ganas al bajar,
De sus ruedas pinchar.

Pero no era momento hoy,
De eso imaginar,
Ya que tenía a la chica,
Pegada a la par mía.

Ya que ante la repentina sacudida,
Muchos más pasajeros,
Apretados terminarían.
Dejándola tan cerca mía.

Pero pronto su parada,
Terminó por llegar.
Pero el mar de la gente,
No la dejaba pasar.

Por lo que en amabilidad,
Suavemente mi ayuda le fui a proporcionar,
Logrando hacer apartar,
A todos esos puercos sin humanidad.

Y por ayudarla a salir,
Me terminé por ir,
En esa misma parada,
Pero por un sendero contrario.

Aún así entre autos,
Logré escuchar,
Como con su linda voz,
Las gracias me terminó por dar.

Aunque en su tono neutral fue,
Mi corazón fue a mil.
Electrizando mi piel,
Y todo mi ser también.

Relatos Del ColectivoWhere stories live. Discover now