Relatos Del Colectivo

Paloma

Siete y cuarenta A.M.
Estábamos en el salón de mi secundario.
El silencio era una impresión pasajera y un calvario.
Pero la paloma en mi mochila estaba impaciente.

Cuando la soledad en el curso se fue a apoderar.
Con mis manos a la pobre paloma he de agarrar.
En una suave caja la fui a dejar.
Y lentamente a una mesa ajena me fui a aproximar.

Nadie a mi alrededor se a de encontrar.
La situación perfecta se me a de presentar.
Y con calma el inerte cuerpo de ave he de depositar.
Y de nuevo hacia mi mesa me fui a sentar.

Ya todos llegaron al salón de clase.
Y esa hipócrita persona mi regalo recibió.
Fue hermoso ver como su garganta de zorra se lleno.
De puros y esplendidos gritos de horror.

Eso le pasa por meterse en mi relación.
Eso sucedió por tratar de hablarle a mi dulce chica de cabello rizado.
Todo esto a de suceder por decirle que soy un acosador.
Todo lo que le vaya a pasar es por ser una metiche.

Con su corto cabello ondulado y oscuro.
Sus ojos grises cual cielo de lluvia.
Su piel pálida como nieve infestada,
Por las toxicidades que su lengua larga.