15. Como oro líquido.

965 103 12
                                    

Canción: "Mourning Sound" de Grizzly Bear.

Jacob.

La visita al consejo de ancianos —es decir, los amigos de papá— fue bastante agradable, con múltiples preguntas y dedicándome una que otra mirada curiosa, como para ver si había cambiado físicamente en algo con mi estadía junto a Rebecca.
Es bueno verlos de nuevo, los echaba de menos, o mejor dicho, creo que extrañé todo lo que se encuentra en éste sitio, al que solía llamar hogar. Tanto así como a mi padre, amigos, a la manada y hasta otros conocidos, y quizás, algo más.
Dejo que Billy charle un rato con ellos, mientras yo regreso a la casa, para cambiarme, decidido a ponerme algo más cómodo que los pantalones ajustados que traía ahora mismo.
Poco después de organizar mis prendas aún limpias dentro de la maleta, y con una vestimenta más cómoda ya puesta, escucho un sonido familiar fuera de la cabaña. Que al instante me hace sonreír suavemente, al comprobar por la ventana de que se trata.
Al salir al exterior, me encuentro con mis amigos de la manada, semidesnudos como de costumbre, aguardando nuestro reencuentro. Que claro, consistió principalmente en fuertes abrazos, bromas y juegos bruscos, como los que hacíamos de costumbre.

—¿Qué pasa? ¿Perdiste tú fuerza?—cuestiona con burla Paul, mientras aprisiona con fuerza mi cuello debajo de su brazo.

Como puedo, cruzo una pierna entre sus pies, provocando que pierda el equilibrio, así puedo escapar de su agarre y le doy un empujón con el pie cuando lo tengo de espaldas.

—No te la creas tanto Paul, solo te estaba dando ventaja.

Siento una mano sobre mi hombro, se trata de Embry.

—Oye Jake, de casualidad, ¿Has perdido peso?

De manera inconsciente, todos me dirigen una mirada para comprobar esas palabras.

—¿Acaso la cocina de Rebecca ya no se adapta a tú refinado paladar, Jacob? —Jared utiliza uno de esos tonos habituales para molestar.

—Dices eso porque tú no puedes probar las exquisiteces de Phoenix. —Hago un gesto que expresa exquisitez. A lo que él seguramente se estaría imaginando diversos platillos, simulando envidia en sus ojos por querer también el poder probarlos.

En eso, llega Sam. Nos damos un saludo apretando fuertemente las manos, chocando los hombros, mientras él mantiene un aura cálida y dominante, supongo que en parte se debe a su posición de alfa.
Pero eso no hace que se forme un ambiente incómodo, todo lo contrario, los chicos se pusieron impacientes y emocionados por volver a estar todos juntos de nuevo.

Ellos insistieron en que me uniera a la patrulla de hoy, y aunque internamente lo dudé por un momento, no pude negarme.
Me quito la camisa a medida que nos adentramos en el bosque.

—Oye Jake, ¿No deberías quitarte eso? Se te romperá con la transformación. —Seth señala la pulsera en mi muñeca.

Es una pulsera negra, un poco ancha, lisa y adornada con una piedra labradorita que posee un color en base gris, y en el centro una peculiar iridiscencia cromática de tono azul, dorado, y naranja.

Es una pulsera negra, un poco ancha, lisa y adornada con una piedra labradorita que posee un color en base gris, y en el centro una peculiar iridiscencia cromática de tono azul, dorado, y naranja

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Reflejado en tus ojosWhere stories live. Discover now