El Club

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Me desperté alrededor de las siete y encontré a Robbie a mi lado en la cama. Parches del tono de la piel cubrían sus ojos. Me asustaron casi tanto como los contactos esclerales en el día anterior. Sacudí su hombro y dije "¡Robbie! ¿Qué haces aquí?"

"Intentando dormir", murmuró. "Déjame en paz."

"Quiero decir, ¿por qué estás en mi cama?"

"Tal vez le tengo miedo a la oscuridad", dijo.

"Diablos, Robbie", le dije, "tú vives en la oscuridad".

Respondió pasando su mano por mis hombros y pectorales. La reacción en mis partes íntimas me sorprendió. "¡Robbie!" exclamé. "¿Qué haces?"

Murmuró: "Tienes el mejor cuerpo del mundo y sabes que me gusta".

Yo me preguntaba qué había pasado mientras dormía. Apenas sabía qué hacer con todo esto. "Sólo abrázame por favor," dijo. "Necesito tu fuerza".

"Robbie..." dije.

"Por favor, Jimmy, hazlo". Empezó a llorar y sollozar. ¿Qué pude hacer? Deslicé mi brazo alrededor de sus hombros. Se relajó al instante y se durmió. Yo también lo hice.

Lo sentí salir de la cama. Abrí los ojos y vi que eran casi las 8:30. La mano de Robbie buscó la manija de la puerta del baño. "Buenos días, dormilón", le dije cuando lo encontró.

"¡Ja! Tú deberías hablar. Tengo que orinar. Ahora", dijo.

"Oye", dije. "Yo también. No tardes".

"Me voy a vestir cuando termine", respondió. "Dejaré la puerta abierta".

"Está bien", dije. En menos de dos minutos la puerta se abrió. Robbie había dejado abierta la puerta de su lado y mientras hacía mis cosas le llamé a Robbie: "Solo me pongo lo que teníamos puesto ayer, ¿verdad?".

"Por ahora, sí", dijo. "Podemos ducharnos cuando terminamos el desayuno. María tendrá ropa limpia preparada para nosotros".

"¿No puedo elegir lo que me quiero usar?" pregunté.

"Ella ha estado eligiendo el mío vestido por años. Lo hace bien, según me han dicho. Tal vez deberías intentar confiar en ella. Ella crió a cuatro hijos propios. Todos son adultos y viven en varios partes. Ahora pienso que ella está ejerciendo su maternidad conmigo, y ahora contigo  tambien,".

"¡Wow! ¿Qué edad tiene ella?" pregunté.

"Se casó con Mario cuando tenía dieciséis años. Tuvo su primer hijo dentro de un año, luego otro, luego sus mellizos, bang, bang, bang. Mario vino a este país y comenzó a trabajar para conseguir lo suficiente para pagarle a un coyote que los trajera a los Estados."

"¿Coyote?" pregunté.

"Un tipo que sabe cómo hacer pasar a la gente a escondidas por la frontera. No son baratos".

"¿Por qué vinieron?"

 "No podían encontrar trabajo en México pago suficiente para criar a sus hijos".

En ese momento yo estaba vestido y con mis muletas y Robbie se dirigía al ascensor. Él dijo: "Tengo más que decirte".

Cuando llegamos a la mesa, ya puesta para nosotros, había un papel con el nombre de Robbie. Había un montón de pequeños bultos que supuse que eran Braille ."Toma", le dije, poniendo el papel en la mano de Robbie. "Creo que esto es para ti".

Robbie pasó las puntos de los dedos por el papel y dijo: "Es de mamá. Dice que ella y María han ido a comprar comestibles y que deberíamos prepararnos un poco de cereal y tostadas, y no olvides esperar a los muchachos que traerán la caja fuerte".

El Ciego y El CojoWhere stories live. Discover now