Capítulo 10

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Damián

El día estuvo agotador, cuando por fin terminamos de hacer todo con los niños llegamos a casa a ordenar y a armar todo lo que nos había llegado en el camión del centro comercial. Por primera vez en mi vida hice una cama con instrucciones del paquete, me quedé horas allí y pasada las once de la noche ya les tenía todo listo en sus cuartos. Por supuesto que ambos me abandonaron a mitad de batalla, estaban muy agotados para seguir.

Noah se quedó dormido en mi cama y Dylan se quedó en la sala viendo televisión.

—Tu cuarto está listo —le hablé al mayor y este solo se tapó la cara con manta en el sofá—. ¿Quedaste mudo, Dylan?

—Mhm.

—Ah, mira tú —me senté a sus pies y se quitó la manta de a poco.

—Damián... —levanté las cejas—, lo lamento mucho, lo de esta tarde no debió suceder.

—¿Verdad que no? Tranquilo Dylan, aunque aun no entiendo el porqué de tu berrinche.

—Es que... no era tan bueno en la escuela —confesó bajando la mirada—, y tampoco asistía mucho por mis trabajos...

—Pero aquí no tendrás trabajo, solo responsabilidades escolares —arrugó las cejas y se cruzó de brazos—, espero el mejor rendimiento ¿mhm?

—Ay no —dramatizó la situación—. No eres el que se preocupa de las notas ¿verdad?

—Ay si —reí y su pucherito me causó ternura.

—Tendrás que aguantarme mucho —levanté una ceja y se quedó mirándome muy serio—, también vas a ver que me estresaré y también puede que hasta llore por frustración... ¿aun así quieres enviarme a la escuela?

—Campeón, puede que pase, pero te levantarás, estudiarás y si no funciona lo volverás a intentar, ¿sabes por qué? porque eres valiente, fuerte y perseverante, eres más capaz de lo que crees, Dylan.

—¿De verdad?

—Por supuesto, yo creo en ti, ahora debes hacerlo tú —sus ojitos se cristalizaron.

—A veces... dudo tanto de mi —confesó colocando sus manos en la cara—, cuando trabajaba creía que no duraría y eso me aterraba, Damián, dejar a Noah sin comida otro día más era demasiado... tengo miedo de que eso ocurra con la escuela ¿y si no soy tan inteligente?

—Me tienes a mí, Dylan. Ustedes no estarán solos nunca más. Te lo prometí.

—¿Y no nos vas a abandonar verdad? Porque si pierdo el ritmo laboral por estar en la escuela no podré mantener a Noah...

—Dylan.

—Y tampoco podré darle todo lo que necesita —lloriqueó y no dejaba de hablar—, no quiero acostumbrarme a la buena vida Damián y dejar de lado mis estúpidas responsabilidades porque en el momento en el que decidas... hum...

—No pasará, cariño mírame —intenté ser lo más dulce posible porque sus ojos aguados me decían que quería llorar—, no los abandonaré ni hoy ni mañana ni nunca. Desde que los conocí mi vida cambió y para bien, quiero que entiendas eso, desde que firmé ese papel para obtener su custodia me convertí en padre o como ustedes me quieran ver ¿bueno? Somos familia.

—¿Me lo prometes?

—Con mi vida —su labio tembló y me dio un abrazo apretado.

—Gracias, no sé cómo recompensar todo lo que has hecho por nosotros...

—No debes hacerlo campeón, yo soy feliz si ustedes están felices ¿de acuerdo?

—¿Por qué tardaste tanto en llegar a nuestra vida? —se acostó en el sofá y le acaricié el cabello—, si te hubieras tardado un poquito menos nos habría venido excelente...

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