Capítulo 9

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Damián

Encontrar pasajes de avión fue fácil, pude comunicarme y preguntar todos los pasos a seguir ahora que tengo la custodia de los pequeños. Me las pude ingeniar para que no los obligaran a colocarse las vacunas que les faltan en este país, sino que, en el otro, con un plazo determinado por supuesto. La primera semana que se encuentren por ahí ya deben tener obligatoriamente tres y se me partirá el corazón al tener que llevarlos. Aún no les he comentado nada y sospecho que Dylan anda por las mismas que Noah, pero eso lo descubriré cuando lo lleve a un chequeo médico.

Arreglamos la última maleta y la metí en el auto. Los niños están ayudando a mi madre en ciertas cosas ya que nos acompañará hasta el aeropuerto. Estoy ansioso por llevarlos a casa conmigo ¿les gustará? ¿Será que se acostumbran?

La misma tarde después de firmar los papeles restantes me fui a su antiguo colegio a buscar las fichas para poder matricularlos a ambos en otra institución, no me negaron nada ya que llevaba el comprobante de que yo era su tutor legal por lo que agilizaron el proceso. Tendré que meterlos a una escuela, por lo que veo iban bastante bien pero el lugar era de muy bajos recursos, no poseían ni la mitad de las cosas de una escuela normal, espero que en Canadá les convaliden algunas materias para que no tengan que repetir.

—¿Todos listos? Espero que nos les falte nada —entré con el celular en la mano.

—Nos falta meter a la abuelita en la maleta —bromeó Noah y me hizo sonreír.

—Vendrán pronto a visitarla —les aseguré—, en cuanto me vuelvan a dar vacaciones en el hospital.

—La extrañaremos —susurró Dylan y mi madre se acercó a darle un gran abrazo.

—Yo también a ustedes pequeños. Necesito que se comporten bien con Damián ¿bueno? Como chicos grandes que son.

—Por supuesto que si —Dylan la miró de manera inocente—, todos unos adolescentes.

—No te preocupes mamá, son unos niños muy bien portados —todos carcajearon—. Se nos hace tarde, debemos ir al aeropuerto. El vuelo sale en seis horas.

—Wow, que tarde —respondió Dylan—, ¿no crees que exageras un poquito?

—No corazón, debemos estar mínimo dos horas antes por si acaso. Imagínate adelantan el vuelo o lo cancelan.

—Así es, al auto todos.

—Es primera vez que viajaremos en avión —oí comentar a Noah y Dylan tragó saliva—, ¿estas nervioso?

—¿Yo? Puff, ya quisieras.

Estoy más que seguro que están intranquilos al experimentar algo nuevo, sé que nos les parecerá de lo más genial tener que estar en una turbulencia y no sé cómo reaccionarán a las alturas. De todas formas, estaré ahí para apoyarlos y ayudarlos en el caso de que les genere algo de pánico.

Se subieron al auto y yo preferí conducir. Mi madre va en el copiloto mientras que los niños van atrás.

Agradezco haber sacado el pasaporte de ellos antes también. Lee tuvo mucho que ver en eso, si no fuera por él no podría haberlos sacado del país tan pronto. Me apresuraba por mi trabajo más que nada, entro a trabajar el martes y mañana lunes debo ocupar todo el día en realizar los trámites con ellos, ver un colegio, pedir una cita médica, ver camas, frazadas, lámparas, escritorios, en fin. Si no tuviera una buena situación económica estaría en aprietos, pero por suerte tengo mis ahorros.

—Necesito una energética —oí perfectamente la frase de Dylan a pesar de que la dijo muy bajito.

—Cállate, ¿no ves que estamos con todos?

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