Capítulo 16

88 20 33
                                    

Roy

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Roy

Joder. ¿Podría ser peor?

¿Qué se supone que debo hacer en una situación así?

Abro los ojos exageradamente sin tener idea de cómo reaccionar.

Verónica viene directo hacia a mí, aunque en realidad lo único que me importa es qué está pasando por la cabeza de Anne.

No puedo permitir que se arruinen las cosas en este momento.

—Roy... —suelta llegando hasta nosotros y me giro para quedar frente a ella. Está roja de tanto correr—. ¿Entonces estabas con... esta? —suelta con desdén. Anne tiene intenciones de decir algo pero me adelanto.

—Ten cuidado con la manera en que hablas de ella —demando—. Se llama Anne y es mi novia.

Aprieta la mandíbula, furiosa, y dirige la vista a mi izquierda.

—Ya veo... —Su voz destila desprecio y me contengo para no decirle unas cuantas barbaridades.

¡Es por gusto hablarle! ¿Cómo es capaz de tomarse tantas libertades respecto a mi vida?

—Mira que eres terca —protesta Oscar llegando a donde nos encontramos.

Lo miro mal y él solo se encoge de hombros.

—Será mejor que nos marchemos —señalo con molestia—, y tú te irás mañana a primera hora a París —espeto sin darle oportunidad a protestar.

No me importan mis padres y Verónica puede formar todos los berrinches que quiera.

No la aguantaré un segundo más jodiéndome la existencia.

Ambos suben a la camioneta y vuelvo la vista a mi chica.

—Yo... bueno —tartamudea a mi lado y toda la molestia se desvanece en segundos—. Hablamos después supongo...

—Claro —afirmo dándole un casto beso en los labios—. Quiero pedirte algo pero lo haré después. Debe ser especial.

Finjo no notar cómo sus mejillas se tornan rojizas y ocupo el asiento del conductor en la camioneta. Oscar está a mi lado y Verónica permanece en los asientos traseros mirando a través de la ventanilla a Anne.

Tenemos una charla pendiente y no será nada agradable.

[...]

Anne

Al entrar a casa me quedo de pie, recostada a la puerta.

No puedo creerlo. Estoy en shock.

Cuántas cosas han pasado en apenas unos minutos.

¿Quién diablos es esa?¿Por qué me mira como si quisiera ver mi cuerpo en bolsas de basura por separado? Y esa forma de llamarlo. Además, su rostro me resulta familiar...

Apuesto por lo nuestro © ✔️Where stories live. Discover now