Capítulo 7

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Anne

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Anne

—¡Chicos!

Ambos nos giramos con los ojos muy abiertos al escuchar el grito de mi madre desde la puerta. Me aparto de él de inmediato, avergonzada.

Hasta olvidé que llevaba vestido.

¡¿Cuándo llegó?!

—¡N-no es lo que parece! —intento explicar agitando las manos en el aire—. Solo... quería recuperar mis galletas.

—Sí... exacto, esto —apoya Roy golpeándome con el paquete de galletas en el pecho.

—¡Oye! —me quejo olvidando que mi madre está de pie con el ceño fruncido—. ¡¿Hasta ahora te dignas a devolverlas?!

Lo veo enrojecer y le lanzo una mirada mordaz.

Mi madre carraspea. Vuelvo la vista hacia ella y se encuentra de brazos cruzados.

—Los he llamado más de mil veces para que bajen a merendar —alega con una ceja arqueada, suavisando poco a poco el tono—. Quise aprovechar para visitar a Ava y hemos hecho pizza.

Ah... así que era eso.

Siento a Roy emitir un sonido extraño mientras se endereza en su lugar.

—Yo... la verdad es que no tengo mucha hambre, hemos comido demasiado hoy —asegura señalando el desastre que hicimos en la habitación. Recién soy consciente de todos los envoltorios vacíos tirados en el suelo—. Comeré más tarde.

Mi vista inevitablemente se dirige a la pantalla. Ignoro por completo a Roy y a mi madre. Creo que ella pregunta algo pero no puedo escucharla porque grito eufórica.

—¡¡¡¡¡GOOOOOOOOOL!!!!! —Me levanto con una fuerza inhumana cayendo de boca al suelo. Aun así me pongo de pie y comienzo a hacer una especie de baile, que no tengo idea de dónde saqué, y culpo por ello a la emoción del momento.

—Mierda... —masculla Roy.

—¡Anne! —grita nuevamente mi madre y detengo mi intento de baile.

—Perdón... —Me muerdo el labio avergonzada.

Pero, ¡vamos! Esa alegría es muy difícil de contener.

—Si quieres pizza ve a la cocina y dile a Ava —espeta dejándonos a solas.

—Eso ha sido vergonzoso...

—¿El que mi madre nos viera en una situación incómoda muy fácil de malinterpretar o mi baile de festejo? —inquiero terminando de comerme las galletas.

—Ambas cosas —suelta mirándome como si temiera por mi reacción.

Prefiero no darle importancia a su comentario sobre mi manera de celebrar. Estoy feliz porque falta poco para que acabe el partido y algo me dice que saldrá victoriosa Argentina.

Apuesto por lo nuestro © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora