5| Dejar de ser invisible

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Abbey

Ha pasado solo un día desde que Jamie y yo hemos hecho "oficial" nuestra relación y ya aparezco en todas las páginas de noticias del país, saben mi nombre completo, mi edad, mi nacionalidad y en donde estudio.  Es impresionante en cómo en tan solo un día pueden averiguar todo de una persona, también al entrar a Instagram y buscar mi nombre ya hay varias cuentas de odio hacia mi, solo por salir con un jugador famoso ya todos te critican y te desean el mal, otras de las consecuencias de haber aceptado esto, sumándole que ahora estaré en la mira de todos y eso no me gusta para nada.

Me encontraba desayunando y viendo las noticias, y, una vez más, aparecen hablando sobre la foto que ha subido Jamie ayer. Supongo que debo de acostumbrarme de que a partir de ahora sea tema de conversación junto con el.

"Ayer colapsaron las redes sociales con esta foto que ha subido el futbolista Jamie Kalisz, jugador del Chelsea, haciendo oficial que está en pareja con esta chica llamada Abigail Stone"

Muestran la foto que he visto por milésima vez en lo que va del día. No debería de irritarme por aquello, ya que, por lo menos hoy, lo veré y lo escucharé durante todo el día.
Apago la televisión y vuelvo a mi habitación para pensar en tener un outfit "lindo" ya que seguro habrá muchos fotógrafos en mi universidad. Al terminar de vestirme, no suelo maquillarme, solo me coloco mi labial humectante sabor cereza para los labios y luego de ponerme mis zapatos y guardar mi uniforme para irme al trabajo cuando termine de cursar en la universidad.

Salgo de mi casa y iba a retomar mi rutina de todos los días: caminar diez cuadras hasta la parada del autobús, pero digo iba porque al penas salir del edificio veo al jugador estrella apoyado en su auto mirando su celular. No puedo creer que no haya ningún periodista y camarógrafo rodeándolo y haciéndole preguntas.

—¿Qué haces aquí, Jamie?—pregunto mientras me acerco un poco a él y lograr que despegue su vista del celular.

—Buenos días a ti también—dijo en un tono sarcástico.

—Vuelo a repetir, ¿Qué haces aquí?

—¿No es obvio? Vengo a dejarte en la universidad.

—No es necesario todo esto. Puedo irme tranquilamente en autobús, como lo hago siempre.

—No dije si quieres ir conmigo, te lo estoy afirmando, Abbey. Así que sube al auto, no creo que quieras llegar tarde a tu primera clase del día solo para seguir negándote a que te lleve.— guarda su celular y me abre la puerta de copiloto—. Vamos, Abbey sube.

Entorno los ojos y me subo a su auto a regañadientes, sé que lo hace para que este trato que tenemos se parezca más real, pero a la vez me molesta pensar que lo tengo que soportar, quería empezar el día sola, sin él. Me cierra la puerta y rodea el auto para subirse en el lugar del conductor y arranca el auto hacia mi universidad.

—Sabes que no vas a poder bajar cuando lleguemos, ¿no?

—Lo se, solo te dejare y esperare a que entres sana y salva a tu universidad, luego me iré.

—¿Por qué esperarías a que entrara? No tienes la obligación de hacer eso.

— Por si te sientes incomoda o sofocada entre tanta gente, como esa vez en la salida de la cafetería. No quiero que pase devuelta.

Al escucharlo decir eso, sentí algo raro en el pecho, como si en verdad se preocupara por mi, aunque se que es por el trato y no lo siente de verdad. Al notar que ya no respondía, prendió la radio para que el trayecto no sea tan silencioso.

Llegamos a la universidad y como me lo esperaba, una multitud de alumnos estaban afuera esperando la llegada de Jamie, claro, solo el, no yo.

—¿Estarás bien? —pregunta mientras apaga el motor del auto.

Cuando el juego terminaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora