17

595 72 172
                                    

Luego de encontrase con la morena y de hablar con su mejor consejero, en otra parte, Luisita ya se encontraba con las fuerzas suficientes para ir a hablar con su todavía prometido Sebastián y no se lo pensó dos veces cuando poco a poco se iba acercando a la puerta y llamó al timbre.

- Buenas noches mi amor, que alegría verte. - Le decía Sebastián recibiéndola, dándole un abrazo y un beso que Luisita casi rechazó.

- ¿Luisita qué te pasa? ¿Te sientes mal? - Le preguntaba cogiéndole la mano para sentarse en el sofá.

- Sebastián tenemos que hablar. - Dijo muy seria y esquivándole la mirada.

- Luisita me estás asustando.

- Mira Sebastián, en estos meses han cambiado mucho las cosas, no sé si por mi o por el trabajo, la falta de tiempo o el agobio por la boda y que siempre estoy sola, pero ya no siento lo mismo que antes.

- ¿Qué estás diciendo Luisita?

- Estoy diciendo que no estoy segura de casarme contigo, de formar una familia cuando dentro de mí han cambiado los sentimientos. Sebastián, paso mucho tiempo sola, casi no tenemos relación y me he dado cuenta de que no te echo de menos.

- ¿Es por otro hombre verdad? - Luisita esquivó de nuevo la mirada para que no viera la lágrima que se le estaba cayendo.

- No, no Sebastián, no digas eso. Tú eres un hombre maravilloso, de verdad, pero me he dado cuenta de que quiero otras cosas y ya no soy feliz como lo era antes.

- Pero mi amor, podemos arreglarlo, yo puedo intentar cambiar un poco mi manera de ser, sacar más tiempo para ti, por favor Luisita no me dejes. - Sebastián le rogaba un poco alterado por la situación que se encontraba la pareja y agarrándola por las manos cuando en ese momento a Luisita se le cayó en el sofá la pulsera que llevaba siempre puesta y que le había regalado su papá.

- Sebastián no lo hagas más difícil, esto ya no va por buen camino y antes de perder la amistad y el cariño que te tengo, prefiero dejarlo así.

- Está bien Luisita, no voy a insistir más si eso es lo que quieres, así será.

- No quiero que terminemos mal Sebastián, sigo queriéndote en mi vida como amigo y cada vez que me necesites puedes llamarme, de verdad.

- Te voy a echar de menos Luisita. - Se abrazaron y Luisita se levantó para marcharse.

- Adiós Sebastián. - Dijo Luisita mirándole a los ojos y abriendo la puerta para salir.

Cuando Luisita salió del apartamento, Sebastián pegó un grito de felicidad y tocando las palmas hacia arriba.

- Creía que no me lo ibas a pedir nunca abogaducha.

- ¿Pero y esta tonta que se piensa que me voy a quedar así de brazos cruzados? Estás muy equivocada Luisita si crees que te voy a dejar tranquila y haber perdido tantos meses de mi vida por aguantarte a ti y a tu familia, te vas a arrepentir. - Decía Sebastián hablando solo en el minibar de su apartamento y echándose un vaso de whisky .

----------

Llegó la noche y Amelia ya se encontraba en la puerta de la galería esperando a Luisita un poco nerviosa y mientras que daba vueltas para calmar su nerviosismo, recibió una llamada de la banda a la que pertenecía.

- ¿Diabla?

- Dime Marina. ¿Qué pasa?

- Nos llamó El Hierro para prepararnos una vuelta y nos dan mucho dinero.

- Yo ahora mismo no puedo hablar, tengo una cita con mi novia y está por llegar.

- Es para este fin de semana y es un robo muy grande.

Lo que en ti veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora