día treinta y ocho.

210K 18.8K 2.3K
                                    

Kate, hoy te tengo una propuesta.

-Kyle.

¿Prestarás finalmente atención y dejarás de copiarme los ejercicios?

-Kate.

Cerca.

-Kyle.

¿No tiene nada que ver con lo que acabo de decir verdad?

-Kate.

La verdad es que no pero, si te hace feliz, podría tratar.

-Kyle.

Nah, descuida, ya estoy acostumbrada, aunque igual se vale soñar, ¿no? Entonces, ¿qué decías?

-Kate.

Quiero que tú y yo hagamos una apuesta.

-Kyle.

¿Una apuesta?

-Kate.

, señora.

-Kyle.

¿Y de qué iría esta apuesta?

-Kate.

De ti y de mí.

-Kyle.

Eso no aclara mi mente, ¿podrías explicarte mejor?

-Kate.

Hablo de que tú y yo apostaremos sobre nosotros mismos.

-Kyle.

Aún no proceso.

-Kate.

Quiero decir, por un día tú actuarás como y yo como tú. ¿Qué te parece mañana?

-Kyle.

Soy perfectamente consciente que te será imposible alcanzar mi nivel de adorabilidad, pero no te sientas intimidada por eso. Con intentarlo estará bien, no te preocupes :)

-Kyle.

Sigo confundida...

-Kate.

¡Oh, vamos, Kate! Tú y yo sabemos que entendiste a la perfección.
Además, estoy segurísimo de que en más de una ocasión te has preguntado que sería estar en los zapatos de Kyle West. No lo niegues, te conozco, mosco.

-Kyle.

Vale, eso no lo niego. Pero, ¿cómo se supone que haríamos eso? (En el dado caso de aceptar, claro).

-Kate.

Solo debes actuar como yo por un día, Kate, eso no debe ser tan difícil. Es tan fácil como relajarte.

-Kyle.

Me gustaría que por un día no te importe lo que el resto piense de ti. Que no te importen las reglas, ni los castigos. Sé como yo.

-Kyle.

¿Ser tú?

-Kate.

Eso dije.

-Kyle.

Pero a mi me gusta ser como soy, Kyle.

-Kate.

Y a mi me gusta que seas tú, Kate.

-Kyle.

Me gusta que seas la chica que hace sus tareas y presta atención al profesor de matemáticas, la que sigue las reglas al pie de la letra y no suele meterse en problemas. Me encanta como eres, Kate, en serio que . Pero también me gustaría que de vez en cuando seas capaz de darte un respiro. Ser como yo no puede ser tan malo, ¿o sí?

-Kyle.

Te he notado muy estresada últimamente. Pensé que podría ser divertido cambiar para variar.

-Kyle.

Por lo apuntes y lo demás no te preocupes, yo te los paso luego. Solo disfruta un rato, ¿? No miedos, ni preocupaciones.

-Kyle.

Kyle.

-Kate.

¿Sí?

-Kyle.

Gracias.

-Kate.

De nada.

-Kyle.

Kate, solo...  una pregunta.

-Kyle.

Escúpela.

-Kate.

¿Mañana tendré que usar esos listones raros que siempre cargas en la cabeza?

-Kyle.

Se llaman cintas para cabello, Kyle.

-Kate.

Y no me molestaría prestarte una para mañana, seguro te quedaría divina :)

-Kate.

Obviamente, ¿cuándo has visto que algo no me siente bien? ¿qué tal una roja? Me gusta el rojo.

-Kyle.

Roja será ;)

-Kate.

Kate, pásame la dos [RE-SUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora