C. 104.

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La mirada de la directora no se despega de la pantalla de su computador. Tiene las cejas fruncidas y la expresión completamente en desacuerdo.

Y yo tengo unas tremendas ganas de llorar.
Acabamos de terminar.
Y yo no quiero terminar con él.

-Lynch- lo llama la directora, haciendo que él levante la mirada de inmediato- ¿Estás libre este domingo por la tarde?

Ross asiente.
La directoria asiente también y continúa tecleando sin problema alguno, manteniendo su expresión.

-Limpiarás el teatro y el campo de fútbol americano luego del partido que habrá a las siete de la noche.

Ross tose.
Lo observo sin que se dé cuenta.
Su expresión también es seria, y obviamente no quiere cumplir con el castigo.

-Es probable que viaje a Colorado de nuevo- le dice- No sabría cuando, pero capaz para el domingo ya me habrán transferido nuevamente.

-No puedes realizar otra transferencia tan rápido, no ha pasado ni un año desde que llegaste- lo corrige de inmediato- Las transferencias de estudio no son un juego, no te lo permitirán.

Ross la mira mal.
Me hundo en el asiento.
Sintiendo aquel pequeño temblor en mis manos, debido a los tremendos nervios que siento.

-_________- me llama, alzo la mirada- ¿Sábado por la noche?- niego, incómoda- Bueno, tendrás que venir de igual forma porque sino te suspenderé por dos semanas.

Suspiro.

-Estarás como voluntaria en la cafetería a las 5 de la tarde, y luego pasarás a cubrir el rol de Melisa Hunderson- frunzo el ceño.

-¿Quién...

-Tu compañera de clase de teatro- suspira- Se lesionó y su puesto está libre en la obra del sábado, tendrás que participar, ya que según tu registro, necesitas créditos... y por último, tendrás que abastecer los productos de limpieza del cuarto del conserje, los productos están en el sótano, que está en el aula de teatro.

Llevo mis manos a la cabeza.
No hay forma de que participe en una obra.
No lo he hecho nunca, no lo haría.

-Lo de participar en la obra, ¿es por el castigo o por mis créditos? Porque si es por créditos realmente no son muy importantes para mí.

-Por los dos, no estás en la posición de decirme que no ahora mismo.

-¿Entonces por qué a Ross no le asigna lo mismo?

Suelto de pronto.
Sintiendo el odio de Ross a mi costado.

-Ok, para tener igualdad...

-Usted me está obligando a limpiar, _________ actuará, preferiría mil veces actuar que limpiar- la interrumpe- Creo que es suficiente.

-No, no lo es- suspira- Hay un puesto libre en la obra del sábado, serás telonero.

Ross bufa.
Recibiendo una mirada de enfado por parte de la directora Matthews.

-Cabe recalcar, de que irán a detención desde hoy hasta el viernes, una hora y media cada uno, en distintos salones, ________ irás al B, Ross, tú al A, pueden retirarse.

Me levanto del asiento sin decir ni una sola palabra más al lado de Ross.
Sintiéndome enojada.
Pero no por el castigo, sino por Ross y los términos en los que estamos.

Lo observo por el rabillo del ojo.
Esta más que serio.
Y su rostro está ligeramente rojo.
Definitivamente también está enojado.

-Bueno- habla- Supongo que ahora podrás cogerte a Harold todo lo que quieras- ríe- Fui un completo idiota al pensar que no te gustaba, por eso se enviaban esos mensajitos estúpidos.

WhatsApp | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora