✩𝐂𝐚𝐩. 20✩

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26 de mayo, 2943

No creo que haya peor soledad que la de estar rodeada de gente y aún así sentirte sola. Y por desgracia, es el sentimiento que más veces he experimentado en mi vida.

Sobretodo lo noto ahora. Cuando hace poco más de tres días que no hablo con Kaden.

Hace meses, si hubiera estado días sin hablar con él, o sin siquiera verle, me habría puesto feliz. Ahora es como si una parte de mí faltara. Como si lo necesitara.

Siempre he sido una persona muy estable. Nunca me confundía, sabía lo que quería, era la mejor de la clase y lo hacía todo perfecto, o al menos lo intentaba.
Pero desde que entré a Deermead, todo me ha ido a peor.

Siento que ahora soy como otra versión de Brielle. Una que no me gusta. No me gusta nada, y nunca podrá gustarme. Porque yo necesito sentir control sobre mi misma, y si las emociones me ganan me desmorono, y ya siento que nada va bien.

Y es lo que me está pasando ahora, todo se me ha juntado y ha sido demasiado. La muerte de mi madre, las mentiras de mi padre, Kaden... el beso... no puedo más.

Hace ya unas horas que todos han despertado y supongo que ahora están desayunando, pero yo no puedo moverme de la cama.

Y también estoy volviendo a tener todo el tiempo unas ganas inmensas de llorar.

Sé que tengo que levantarme, sé que tengo que hacer clase y sé que tengo que esforzarme pero mi cuerpo no reacciona.

Hace dos días que no voy a clase así que supongo que estoy volviendo a bajar de puesto en el ranking, pero ahora mismo no podría importarme menos. Mejor así, quiero irme ya del internado.

Los golpes que suenan en la puerta me sacan de mis pensamientos.
Decido no responder, así sea quien sea pensará que no hay nadie.

—Bonita... sé que estás despierta.

No respondo. En algún momento se dará por vencido.

—¿Puedo pasar? —pregunta.

Me quedo callada.

—Si no respondes me lo tomaré como un sí.

—No —murmuro.

—Está bien, pero ¿podemos hablar?

Niego con la cabeza como si pudiera verme porque empiezo a notar un nudo en la garganta y siento que si hablo voy a ponerme a llorar.

—Brielle...

—N-no —mi voz tiembla y una lagrima se desliza por mi mejilla.

—Oye...

—Vete Clayton. Ahora bajo.

Oigo que suelta un suspiro por detrás de la puerta. Sé que lo único que intenta es ayudarme pero no necesito su ayuda.

—Si necesitas hablar en algún momento, ya sabes que estoy aquí —y dicho esto escucho sus pasos alejándose. 

Me incorporo hasta quedar sentada en la cama y me limpio las lágrimas.

Deja de llorar.

Respiro hondo y cuando ya me he calmado me levanto. No prometo dar lo mejor de mí pero al menos estaré en la clase. Me pongo el uniforme y salgo por la puerta.

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