✩𝐂𝐚𝐩. 2✩

1.2K 119 47
                                    

24 de abril, 2943

Cojo la maleta y salgo del coche.

Hace unos 20 minutos me he despedido de mi madre, a la que no volveré a ver hasta dentro de un año y medio, y con la que solo me podré comunicar mediante cartas una vez al mes.
Si ya de por si no me gusta la obligación que tenemos de ir a Deermead, me gusta menos sabiendo que no podré salir de allí y tendré que estar encerrada. Creen que si salimos nos distraeremos y no volveremos con la misma motivación.

Miro a Astrid.

—¿Estás bien? —pregunto al ver su cara.

—Claro —sonríe, pero su sonrisa se borra de repente —no, no lo estoy. No sé luchar.

—Por eso vamos a que nos enseñen.

—Si pero... no lo se Bri —me mira preocupada.

—Astrid, tranquilízate. Todo irá bien, a de más estamos juntas —suspira como si intentara tranquilizarse —y ya nos conocemos entre todos, nos hemos criado juntos.

Me mira aún con un poco de desconfianza. Le sonrió para ver si la tranquilizo y por lo visto funciona porque me sonríe de vuelta, se gira hacia su madre, que está a punto de llorar y la abraza.
Su madre me hace un gesto con la mano indicando que me una al abrazo y aunque me parezca que estoy invadiendo un momento muy intimo me acerco, dejando que me envuelva en sus brazos.

—Adiós chicas, cuidaros —nos sonríe.

Asentimos a la vez, damos media vuelta y empezamos a caminar hacia la entrada de Deermead.
A la vez que nosotras ya está entrando mucha gente, y también vemos a gente dentro.

Deermead es un edificio muy diferente en comparación a los edificios que tenemos en Drytgar.
Creo que es el único sitio de esta ciudad que no ha sido remodelado, y me encanta porque es muy antiguo y diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Diría que hasta parece un castillo.
Es tan grande que estoy segura de que más de mil personas podrían vivir aquí sin problemas.
Cuando estoy dentro, me fijo en todo, el techo, las paredes y columnas con dibujos de alto relieve, y figuras o mándalas que hace que me sienta en un libro.

Es algo... mágico.

Todos en Drytgar vivimos en casas idénticas, al menos visto desde fuera, y ver esto, tanto por fuera como por dentro es algo espectacular.
Y puedo ver que todos piensan lo mismo que yo cuando al girarme veo sus caras de sorpresa, y veo como toda la gente está examinándolo todo con fascinación.

—¡Chicos! —se escucha la voz de una mujer y todos nos giramos a la vez para ver quien está hablando.

Una mujer de unos 30 años se encuentra en el piso de arriba, justo donde terminan las escaleras, seguramente para que la veamos bien. Lleva un moño perfectamente hecho y va vestida con un vestido gris perfectamente planchado.

—Ahora que estamos todos... bienvenidos a Deermead. Como ya sabéis estaréis 1 año y medio aquí. Seréis evaluados de manera constante, y también, seguramente esto no lo sabéis, solo dispondréis de profesores en las horas de clase. Durante todas las tardes, noches y fines de semana estaréis solos, sin ningún adulto presente.

Frunzo el ceño ante lo que acaba de decir. ¿Y cómo avisaremos a alguien si algo va mal? ¿Cómo puede ser una buena idea dejar solos a unos adolescentes?

—Pero claro, estarán los cocineros y cocineras para daros la comida —añade el chico que está al lado de la señora, con una sonrisa tímida.

—Exacto —asiente ella —bien ahora vamos a revisar que estáis todos aquí y después pasaremos a las habitaciones que están compuestas de 6 personas.

RayenWhere stories live. Discover now