✩𝐂𝐚𝐩. 10✩

815 85 42
                                    

7 de mayo, 2943

Una parte de mí quiere salir de este cuarto, ir corriendo a la habitación, quedarme dormida y hacer como que esto nunca ha pasado.
Pero otra parte, que ahora mismo predomina, necesita salir de este cuarto y seguir a mi padre.

Doy un paso adelante y abro la puerta sin hacer ruido, me asomo un poco para ver hacia donde han ido y por las ventanas de las puertas veo que están en el jardín así que me giro para mirar a Kaden y con un movimiento de cabeza indico que me siga.

Salimos silenciosamente y empezamos a caminar. A lo lejos, por las ventanas ya empiezo a ver a todos los alumnos y guardias con más claridad.
Kaden y yo decidimos quedarnos donde estamos, no queremos arriesgarnos a que nos pillen y mi padre vuelva a hacernos un interrogatorio.

Pocos minutos después tres coches entran por la puerta y se paran delante de todos ellos. De uno de los coches sale una señora vestida con una bata de laboratorio y empieza a hablar con mi padre.
Cuando parece que han acabado, ella empieza a revisar a cada uno de los chicos y chicas que hay y va apuntando cosas en el cuaderno que tiene.

Ojalá pudiera ver lo que apunta.

Al terminar, la señora asiente en dirección a mi padre y a los guardias y de un momento a otro empiezan a meter a todos los adolescentes en los coches.
No puedo ver los rostros de ninguno así que tampoco puedo saber quienes son, cosa que me fastidia.

Cuando los coches ya se han llenado de alumnos y guardias, arrancan otra vez y salen por donde han venido.
Kaden y yo nos miramos a la vez, y por instinto volvemos a mirar el jardín. Y qué suerte que volvemos a mirar el jardín porque nos damos cuenta de que mi padre no se ha ido con los coches y está caminando hacia nosotros. Pero suspiro aliviada cuando me fijo en que está demasiado perdido en si mismo mirando el suelo, así que no se ha dado cuenta de que estamos allí.

—Nos va a ver —murmuro más para mi misma que para Kaden —deberíamos escondernos.

La puerta que da a los pasillos para ir a las habitaciones está en la otra punta del gimnasio, y prácticamente todo son ventanas así que si mi padre sube la mirada ahora nos ve.

—Mejor volver a la habitación princesa —contesta Kaden, y sin previo aviso, coge mi mano y empezamos a correr.

Justo cuando llegamos a la salida, oigo como las puertas del gimnasio que dan al jardín se abren. Cerramos con cuidado pero es demasiado tarde porque al mirar por las pequeñas ventanas que hay en las puertas vemos a mi padre mirando curiosamente hacía nuestra dirección, como si no estuviera seguro de si ha visto a alguien o no.
Pero al vernos, su cara de curiosidad pasa a sorpresa y empieza a caminar más rápido.

—Mierda —murmura Kaden.

—Joder...

Damos media vuelta y volvemos a correr.
Los pasillos son demasiado largos y sabemos que nos verá pero mejor correr a que nos pillen. Además está todo demasiado oscuro y creo que no nos ha reconocido y simplemente ha visto a dos personas.

Respiro agitadamente. Nunca he estado tanto tiempo corriendo tan rápido.
Giramos hacia la derecha y es allí cuando tenemos que subir las escaleras hacia las habitaciones.
En estos momentos estoy odiando que este internado sea tan grande.

Vamos Brielle, tú puedes.

Subimos rápidamente y al llegar a nuestro piso volvemos a correr por los pasillos.
Y suspiro aliviada cuando por fin veo las puestas de nuestras habitaciones.

RayenWhere stories live. Discover now