Un chico alto irrumpió en el comedor.
-¡Tengo hambre!
Todos lo miraron curiosos, aunque no sorprendidos. Solían llegar pacientes nuevos, cada uno peor que el anterior.
El chico cogió su plato de comida y se sentó en la mesa en la que estaban Valerie, July, Mean, Da y Brais.
-Hola -dijo Brais, sonriente.
-Soy Ian -se presentó-. Me gusta el fuego. ¡Eh! Eres pelirroja, como yo -añadió mirando a Valerie. Siguió observando a los demás hasta que se detuvo unos segundos en July.
-¿Qué miras?
-Tus clavículas. Molan.
Cualquier reacción de July era esperada. Podía gritarle, insultarle o fulminarlo con la mirada. Pero nadie se esperó lo que hizo: sonrió.
-Soy July.
-¿En serio? -preguntó Ian, extrañado. Pero en seguida volvió al ataque-. Pues July me recuerda al verano, y el verano me recuerda al calor. Y el calor me recuerda al fuego, y el fuego me encanta.
July amplió más su sonrisa y apartó su plato.
-He acabado, chicos.
Ian, que apenas había empezado, asintió, con los ojos brillantes.
-Yo también, adiós.
Y siguió a la chica fuera del comedor.
Cuando los demás se hubieron quedado solos, Da musitó lo que todos estaban pensando:
-¿Qué acaba de pasar?
DU LIEST GERADE
Valerie.
Kurzgeschichten"Me volví loco con largos intervalos de horrible cordura" - Edgar Allan Poe.
