{Voces}

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Después de tres días sin que Brais diera señales de vida, Valerie decidió ir a su habitación.

-¿Brais?

Estaba tumbado boca arriba, tapado con muchas mantas y respirando con fuerza.

-¡Brais! -gritó.

Corrió hasta él y lo destapó de golpe. El chico no llevaba más que unos pantalones y estaba ardiendo.

-No, no, diles que paren -le pidió-. No te vayas Val, quédate. Quédate.

Valerie pegó sus frentes y lo tranquilizó. No sabía qué hacer y tampoco sabía a quiénes tenía que decirles que parasen.

-No me voy, me quedo -aseguró, y se hizo un hueco en la cama.

Brais la abrazó y enterró su cabeza en el hueco de su hombro, y siguió llorando.

-Me hacen daño.

-¿Quiénes?

-Las voces -sollozó-. No quieren que te quiera.

Valerie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora