Da se comía la comida de July mientras hablaba con ella animadamente. Le gustaba la manera de ser de la chica: ni tan infantil y extrovertida como Valerie, ni tan misteriosa como Mean.
-Éstas patatas están buenísimas -dijo, sonriendo-. No sabes lo que te pierdes.
July se miró el vientre, que llevaba al descubierto, e hizo una mueca.
-Sé lo que pierdo, Da -aseguró, y como odiaba hablar de comida, anorexia o cualquier tema relacionado, preguntó-: ¿Sabes dónde está Valerie? No ha dormido en nuestra habitación.
-Sabes que Brais está en sus... momentos -dijo Da con la boca llena-. Probablemente esté con él.
July asintió y miró a Mean.
-¿Alguna otra suposición?
El chico podría haber negado con la cabeza, haber sonreído o al menos haberla mirado. Pero continuaba con la vista fija en el plato.
-¡Ya sé! -exclamó Da-. La han abducido los alienígenas. Una vez, cuando era pequeño...
July intentó reprimir una sonrisa y escuchó al moreno hablar. Ese chico... cuando no estaba hundido, era capaz de sacar a cualquiera a flote.
YOU ARE READING
Valerie.
Short Story"Me volví loco con largos intervalos de horrible cordura" - Edgar Allan Poe.