CAPÍTULO XII Hola, Madrid

104 25 209
                                    


CAPÍTULO XII                              Hola, Madrid

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO XII
Hola, Madrid


Después de cuatro días más de terapia intensiva con la doctora Torres, fui diagnosticada con TEPT o trastorno de estrés postraumático, con un cuadro leve de depresión aunado al síndrome del sobreviviente. Pura mierda, si quieren mi opinión. Sé que sufrí un trauma; después de todo, fui culpable de la muerte de dos personas inocentes, dos personas que no tenían por qué morir, y por supuesto que me sentía culpable y deprimida ¡Había sido mi culpa, por el amor de Dios! Pero gracias a los consejos de Lucas, me mantuve calmada y relajada. Dejé que la doctora condujera nuestras sesiones, prometiendo no volver a utilizar algo como la terapia regresiva, así que al final, después de tres semanas de tratamientos y hablar sobre mis sentimientos, fui dada de alta del hospital.

Mamá quería que volviera a casa con ellos, pero fui incapaz de montarme en un auto durante tanto tiempo... Tal vez sí estaba un poco traumada después de todo, pero no podían juzgarme, era posible que muchas cosas ocurrieran en más de cinco horas de carretera... Así que acordamos en que me quedaría en mi departamento durante los primeros días y tanto Ana como Dani -quien ya había terminado la universidad por las vacaciones-, se quedaban conmigo.

—Realmente creo que es buena idea que te vayas de viaje, ángel —dijo Lucas por tercera vez esa noche —. Necesitas alejarte de todo esto, ver el mundo de otra manera, olvidarte de lo que ocurrió.

—No quiero salir, solo quiero quedarme aquí en mi habitación hasta que el mundo se acabe o se me acabe la vida, lo que ocurra primero.

—Estás actuando como una niña malcriada.

—Tengo derecho a comportarme como me dé la gana —espeté cruzándome de brazos, sentada sobre mi cama —. Si no quiero salir, no saldré.

—¿Entonces pretendes dejarte morir de deshidratación e inanición? —replicó enarcando la ceja — ¿No comerás, ni te bañarás o te cambiarás de ropa?

Me encogí de hombros ignorándolo.

—Lindo —dijo encogiéndose de hombros también —. Entonces haré lo mismo. Me quedaré aquí contigo, no comeré, ni tomaré agua, ni me bañaré y así podremos apestar los dos juntos.

¡Arg! Lucas podía ser insoportable a veces, ¿Por qué no comprendía que simplemente no tenía ganas de estar con nadie? Lo único que quería era que me dejaran sola para sumirme en mi propia miseria, no era muy difícil de comprender, la verdad.

—No te quiero aquí conmigo.

—Pues qué lástima, porque no pienso ir a ningún lugar —contestó acostándose en la cama junto a mí —. No tengo nada más que hacer, así que puedo pasarme el resto de mi vida aquí.

Siempre contigo  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora